Verónica

Vida y muerte de una bella joven que nos inspiró a todos y todas

Juan Stam
Juan Stam

Verónica

Durante la insurrección contra Somoza el Frente Sandinista tenía algunas "casas de seguridad" en San José, mayormente para guerrilleros que venían con misiones especiales o para descansar. Nuestro comité ecuménico pro-refugiado nicaragüense los atendía con alimentos, ropa, cobijas etc., igual que cualquier otra casa de refugiados. Una de esas, que siempre tenía bastante gente, estaba cerca de nuestra finquita y me tocó atenderla. Nos hicimos muy amigos y un día me pidieron darles "veladas espirituales". De esa manera me tocó dar meditaciones bíblicas a guerrilleras sandinistas.

Entre ellos estaba una jovencita, muy bonita y radiante, de unos trece años. Recuerdo que yo estaba dando una breve exposición del Magnificat de María, y noté que ella estaba escribiendo apuntes en un cuaderno. Después de la actividad me buscó, me dijo que se llamaba Verónica, y me explicó: "La Guardia Nacional mató a mi hermano y me buscaba a mí, y tuve que huir a la montaña, con el Frente. Pero en la montaña no hay colegios, y yo quiero aprender. Por eso hago preguntas a la gente y escribo todo en mi cuaderno." A continuación me preguntó qué sabía de Platón, cuy nombre había oído, y por supuesto apuntó mi respuesta.

Eu una ocasión después, llegué conmigo a nuestro querido amigo Ernie Teagle, un destacado cirujano cardiólogo. De nuevo estaba Verónica y al final del evento se acercó al doctor Teagle para preguntarle cómo funciona la sangre, y por que morimos por pérdida de sangre. Ernie estaba profundamente conmovido, al ver una joven que apreciaba con tanta pasión las oportunidades que otros jóvenes dan por sentadas. Años después supimos que al regresar a los Estados Unidos Ernie comenzó a hacer planes para llevar a Verónica a su casa para concientizar a los hijos suyos pero la historia se le adelantó a ese proyecto.

¡Todos amábamos a Verónica! Cuando ella estaba libre la llevaba para dar charlas a misioneros y otros grupos, y ella compartía los convivios del Seminario. A todos nos inspiraba con su alegría y su pasión por la vida.

Unas dos semanas antes del triunfo sandinista en julio de 1979, Verónica, junto con otro amigo nuestro llamado Felipe, fue designada para un asalto al pueblo de Nueva Guinea. Fueron traicionados, Felipe fue muerto pero Verónica pudo escaparse. Sin embargo, se acordó de un compañero que había quedado herido y, aunque ella era muy pequeña, regresó para tratar de rescatarlo. Pero los militares la estaban esperando, y le volaron los sesos.

Dos meses después del triunfo, me tocó predicar un martes en una iglesia de San Juan del Sur en Nicaragua. El pastor me contó que un creyente, que había perdido un hijo en la guerra, tenía una pequeña tienda y no podía asistir entre semana y que sería bueno que yo lo visitara. Cuando ese hermano me dijo que su hijo había caído en Nueva Guinea y yo le hablé de Verónica, lloramos los dos cuando me contó que Verónica, nuestra bella amiga que amaba tanto la vida, dio su vida tratando de salvar la de otro.

El hermano me mostró uno de los últimos números de Novedades, el periódico terrorista de Somoza, con una foto de los dos cadáveres. El bello rostro de Verónica estaba totalmente desfigurado y su cuerpo apenas se reconocía como humano. A su lado estaba el cadáver del compañero cuya vida ella quería rescatar.

Todos lloramos la muerta de Verónica. Dedicamos un convivio a la memoria de ella, meditando sobre todo lo que ella nos enseñó. Entre los varios poemas dedicados a su memoria estaba éste, del estudiante Norma Pereira:

VERONICA

Aun un yiguirro

que no te conoció

pregunta por la chavala

que desde los 11 años al Frente ingresó.

Has dejado tu tierno corazón

en cada cierra, cada río,

en el canto del zenzontle,

y en la hierba verde del campo.

Militaste siendo niña,

has muerto siendo niña,

y nunca tu frente será surcada

por arruga alguna.

Ya que

rescuitarás en la sonrisa

del niño nicaragüense,

en el canto de las madres,

En el pedazo de tierra de Pedro y Juan,

en los colegios repletos de jóvenes,

preparándose para servir en una patria justa

resucitarás y vivirás para siempre con tu pueblo.

Y vivirás como la niña,

que a los catorce años

fortaleció la revolución

con la más grande ofrenda de amor.

"Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos" (Jn 15:13)


Comentarios

abnergarcia82@hotmail.com

Una sonrisa de gratitud a Dios por la vida, al Dios de la Vida por la vida que nos ha dado y por las vidas que El ha decidido llevar a su reino. Vivira esta joven por siempre en los corazones de los agradecidos. Dios bendiga a su familia.

deiby lara ruiz

yo aun tengo a una verónica a la que puedo abrazar, y a la ves pierdo pues hoy presa por las fuerzas del mal,esta lejos de mi, corro en Dios hacia ella aunque temo que adelante quienes fusilan me esperan, quiera Dios que se salve la vida de mi verónica que se llama pahola, aunque por eso muera yo..


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