Tribunal Supremo de Elecciones condena a la Alianza Evangélica Costarricense

La tragicomedia de las últimas acciones de la Alianza Evangélica de Costa Rica

Juan Stam
Juan Stam

 Tribunal Supremo de elecciones condena

a la Alianza Evangélica Costarricense

(¡Más vergüenza para los evangélicos!)

La Alianza Evangélica está escribiendo nuevos e inauditos capítulos en la historia de vergüenza del protestantismo latinoamericano. Ha llegado al colmo de ser condenada por una agencia del gobierno costarricense por violar la constitución y las leyes vigentes del país.[1]

En la Nación del lunes27 de enero, seis días antes de las elecciones, la Alianza Evangélica publicó un "Comunicado oficial" para ser leído en las congregaciones. Después de pedir oración por la patria y el proceso electoral, da recomendaciones que endosan muy claramente a ciertos partidos y rechazan a otros:

CONSIDERANDO

1. Que nuestro compromiso con la patria, como pueblo temeroso de Dios y de las Sagradas Escrituras, es seguir orando para continuar disfrutando de un país democrático y amante de la paz...

2. Que la Iglesia Cristiana Evangélica está identificada con aquellos partidos políticos que públicamente han manifestado estar en contra del aborto, respetando la vida desde el mismo momento de la concepción...

3. Que nuestro compromiso, como seguidores de Cristo, es con aquellos partidos políticos que fortalecen la institución de la familia formada por la unión entre un hombre y una mujer, según lo establece la Biblia desde el libro de Génesis...

4. Que si obedecemos la voluntad de Dios, basándonos en sus principios y valores, continuaremos disfrutando de un territorio bendito como lo es nuestro país, para poder tener cada día una mejor calidad de vida.

POR TANTO:

Motivamos, invitamos y hacemos un sensible llamado a toda la COMUNIDAD CRISTIANA EVANGÉLICA DE COSTA RICA, para que el próximo dos de febrero del año en curso, concurramos con toda responsabilidad a ejercer el más sagrado derecho de todo ciudadano costarricense: el sufragio, y que lo hagamos de manera consecuente y coherente con los principios y valores que emanan de las Sagradas Escrituras y los principios cristianos de justicia social...

Caben aquí unas observaciones: (1) Aunque el Comunicado no menciona ningún candidato ni ningún partido, es  evidente que llaman a los evangélicos, en el nombre de Dios. a votar por Liberación Nacional (PLN) o uno de los partidos oficialistas. (2) Con el simplismo y el reduccionismo típico del protestantismo conservador, el Comunicado se limita a los dos temas cargados emocionalmente, que les gana muchos votos en las iglesias. Temas también importantes, como la corrupción, la pobreza y la avaricia, las drogas, la violencia y la seguridad ciudadana, no entran en consideración. Un partido puede ser corrupto hasta el meollo de sus huesos, pero si rechaza el aborto y el matrimonio homosexual, es un partido aprobado por Dios.  Además, los jerarcas de las iglesias evangélicas costarricenses no parecen darse cuenta de la complejidad de los temas sobre los que pontifican tan dogmáticamente. (3) El Comunicado, en su inicio y su conclusión, hace la promesa absurda de que si el nuevo gobierno se opone al aborto y la homosexualidad, vendrán condiciones utópicas en el país.

Llama la atención que el Comunicado no condena los partidos opositores por promover o endosar el aborto o la homosexualidad, sino por no condenar esas prácticas públicamente. Al querer obligar a los demás partidos a denunciar oficialmente prácticas tan controversiales, la Alianza atenta contra la libertad de pensamiento y de libre asociación. Al denunciar algo, un partido lo convierte en criterio definitivo de su proyecto político. y así excluye de su membresía los que entienden dicho tema de una manera distinta o simplemente no creen que la denuncia sea la mejor manera de responder a dicho problema y que prefieran priorizar otras denuncias. Si unos partidos deciden denunciar alguna práctica u otra, es opción libre de ellos pero no tienen el menor derecho de imponer esas convicciones sobre otros. En efecto,  con esta exigencia la Alianza Evangélica viola los derechos de los demás partidos de definir su propio público y su proyecto político.

Otro problema, más serio, es la legalidad de esta acción de la Alianza.  Aunque la Constitución costarricense declara al Catolicismo Romano como religión oficial del país, el artículo 28 de la Constitución y el 136 del Código Electoral prohíben a clérigos invocar creencias religiosas para propaganda política. El mismo día, 27 de enero, un abogado costarricense planteó ante el Tribunal Supremo de Elecciones un recurso de amparo electoral contra la Alianza Evangélica. El 28 de febrero el Tribunal dio lugar al recurso, exigiendo a la Alianza abstenerse de manifestaciones políticas de apoyo a candidatos o partidos específicos, por ser acciones prohibidas por la Constitución del país y el Código Electoral. Condenó a la Alianza al pago de “daños y perjuicios causados, a liquidar en la vía de lo contencioso administrativo”'.

El veredicto del Tribunal condenó a la Alianza por tratar de imponer opciones políticas recurriendo a motivos religiosos con lo que “sobrepasó las facultades que le otorga el derecho a la libertad de culto”  e incurrió en “una amenaza cierta, real, efectiva e inminente a la libertad del sufragio”. El Tribunal afirmó que para un creyente “una orientación como la señalada, confrontada con su propia conciencia, podría afectar su autodeterminación al momento de ejercer el sufragio, lo que, en materia electoral, resulta inaceptable”. “El mensaje difundido por la federación", apunta el fallo, "mezcla términos propios de la actividad política electoral y expresiones religiosas que, al conjugarse, representan una amenaza para el libre ejercicio del sufragio, en específico para aquellos electores que profesan la fe cristiano evangélica”

Curiosamente, el día anterior a la publicación del fallo, la Alianza Evangélica patrocinó un encuentro con unos 200 líderes evangélicos en el Hotel Real Internacional en las afueras de San José. Para la profunda satisfacción de la jerarquía evangélica, el candidato oficialista, Johnny Araya, llegó con una promesa escrita de defender los valores cristianos y oponerse al aborto y el matrimonio gay. El documento llevaba 19 firmas: la del candidato mismo y de los 18 diputados recién electos. Don Johnny prometió "gobernar bajo la guía de Dios", aparentemente según la interprete la Alianza Evangélica.

En la actividad, el pastor Reynaldo Salazar, encargado del Movimiento Nacional de Oración, oró pidiendo iluminación divina para el candidato. Juan Luis Calvo, presidente de la Alianza, declaró públicamente que Johnny Araya era el mejor candidato y que él como cristiano tenía muy serias discrepancias con Luis Guillermo Solís, el candidato rival. Otros también, incluso Reynaldo Salazar y Carlos Avendaño, se apresuraron a declarar su apoyo a Araya y su rechazo de Solís.

El plato fuerte del menú fue una encendida arenga por el pastor y diputado Carlos Avendaño. Denunciando las supuestas aberraciones de Solís, exhortó a los presentes a votar por Araya. Entre sus disparates se permitió declarar, "Hay un partido que está promoviendo el estado laico, que es lo mismo que el estado ateo".  Si recordamos que la alternativa al estado laico es el actual estado confesional, oficialmente católico romano, y que la Alianza Evangélica fue fundada en 1950 para oponerse a éste y otros privilegios injustos de dicha iglesia oficial, captaremos las dimensiones del grado en que la Alianza Evangélica se ha vendido al oficialismo.

La mañana siguiente, después de haber recibido el fallo del Tribunal, la Alianza se empeñó en Facebook en aclarar que todo se trataba de inocentes opiniones personales, nada más.

El miércoles, 7 de marzo, esta tragicomedia llegó a su clímax dramático. Para la sorpresa de todos, Johnny Arraya, el recién bendecido candidato, apareció en televisión para anunciar al país que estaba abandonando su campaña electoral. Puesto que la ley costarricense no le permite renunciar de su candidatura, sino solo de la campaña, iremos el 6 de abril a las urnas para escoger entre dos candidatos que nos han sorprendido: Luis Guillermo Solís, que nos sorprendió con su victoria en la primera ronda, y Johnny Araya quien nos sorprende ahora con su retiro de la campaña.

Parece             que la bendición de la Alianza no le ayudó nada a don Johnny. Un blogger, con sentido de humor muy simpático, nos alertó: "No se dejen, nunca, bendecir por Avendaño o la Alianza Evangélica. A la semana estarán fracasados ".

[1] Para otros artículos sobre la Alianza y los diputados protestantes. vean en este blog "Carta abierta al diputado Guyón Massey" (11.15.07), "El diputado Justo Orozco y la homosexualidad" (12.27.11) y "Apoyo 'cristiano' a la corrupción  y a la 'dictadura en democracia'" (5.6.12).


Comentarios

CHINO

COMO SIEMPRE DON JUAN ATINADO EN SUS COMENTARIOS , TENEMOS LA OBLIGACION A ESCUDRIÑAR ,Y NO IRNOS CON CA FINTA . RAZON AL GENIO ALBERT EINTEIN QUE ESCRIBIO:HAY DOS COSAS INFINITAS : EL UNIVERSO , Y LA ESTUPIDEZ HUMANA


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