Soy un radical conservador liberal

Estos términos se suelen emplear como membretes peyorativos, pero cada uno tiene también su sentido positivo.

Juan Stam
Juan Stam

¡Soy un radical conservador liberal! En mi juventud, de mis años universitarios, ayudé a organizar un debate sobre el tema, ¿"Es posible ser 'conservador' en teología pero 'liberal' en política"? ¡Interesante pregunta! Casi todos, en la Universidad Wheaton de los años 40, dábamos por sentado que ser "evangélico" significaba necesariamente ser también republicano en política nacional. El compañero que defendió la posibilidad de mantener la fe evangélica sin ser conservador en política ganó el debate rotundamente y abrió una ventana de luz en mi mente que me liberó para emprender un peregrinaje con Dios, que me llevó después por los caminos de América Latina. Los tres términos del título de estas líneas son muy imprecisos, especialmente cuando se emplean para categorizar peyorativamente a otras personas. En nuestros círculos evangélicos, "liberal" suele significar cualquier cosa que no nos gusta y que a nuestro parecer se aparta de la fe ortodoxa. Pero en otros círculos "conservador" significa reaccionario, dogmático y a-críticamente cerrado a las evidencias. Y para muchos, "radical" implica extremista y a veces hasta terrorista. Pero al contrario, creo que cada uno de estos términos significa un valor positivo que todos debemos encarnar.(1) Ser conservadores significa empeñarnos por conservar con fidelidad el mensaje bíblico y la rica herencia de la historia de la iglesia. La fe cristiana se rige por un "canon" y se nos ha transmitido a través de veinte siglos de testimonio fiel. Creo que muchos mal-llamado "conservadores" no tienen la menor idea de lo que pretenden conservar, pues no se dedican al estudio serio de las escrituras ni mucho menos a la historia de la teología. La inmensa mayoría de los cristianos y las iglesias que son "evangélicos" de hueso colorado (como decimos en Costa Rica) no tiene la menor idea de los grandes Reformadores y los principios fundamentales de la teología reformada, anabautista y arminiana-wesleyana. Sin sentido histórico es imposible ser realmente conservador. La verdad que la mayor parte del conservadurismo no es teológica sino ideológica. Expresa un temor ante el cambio y una alergia aguda contra todo pensamiento crítico. Eso no es realmente conservador sino reaccionario y fundamentalista. Es la actitud de "la vida sigue igual" y "nada ha cambiado desde el principio de la creación" (2 Pedro 3:4). Esa actitud me parece una traición al Dios que hace nuevas todas las cosas (Ap 21:5). Yahvéh (nombre mal traducido como "Jehová") es el Dios que acompañó a un pueblo nómada en su peregrinaje por el desierto. Es probable que "Yo soy el que soy" significa mejor "Yo seré el que seré" (Ex 3:14). Es el Dios de un futuro dinámico, no de un pasado estático.(2) El diccionario de la Real Academia define "liberal" en primer término como " Generoso, que obra con liberalidad". Conforme a ese sentido fundamental del término, ¿cómo podría un cristiano o una cristiana no querer ser "liberal"? ¡Y mucho menos un evangélico, que sabe que vive de la generosa gracia de Dios! Me parece una contradicción muy triste que tantos cristianos sean "il-liberales" con actitudes mezquinas en vez de generosas y bondadosas. Según algunos estudios sociológicos, los miembros de muchas iglesias muestran más prejuicio y más fanatismo que los que no asisten a ninguna iglesia. Algunas iglesias son patogénicas, que vuelven a las personas más cerradas y prejuiciadas de lo que habían sido. ¡Que Dios nos tenga misericordia, y nos ayude a ser más liberales! Otra definición de "liberal" reza, "Inclinado a la libertad, comprensivo", lo que también debe caracterizar al pueblo de Dios. Esto incluye la libertad de pensamiento, sin la que no podríamos buscar la verdad, de la que ningún ser humano es dueño, ni examinar nuestras convicciones y conducta por sanos criterios cristianos. El evangelio es libertad en Cristo (Jn 8:32; Gal 5:1,4,13) y predicar el legalismo es negar a Cristo para ofrecer "otro evangelio" que merece la condena de Dios (Gal 1:8). Qué irónico y lamentable que tantas iglesias ayer y hoy están en un legalismo anti-evangélico, sea de los viejos tabúes (no fumar, no bailar, no beber vino) o nuevos legalismos (el diezmo; asistencia a cultos, la sumisión al pastor-dictador o al "apóstol"). Otro significado de "liberal" es "aficionado a dar". Pues, en ese sentido, ¡que Dios nos hace a todos ultra-liberales! Ser liberal con todos, y especialmente a los más necesitados, es una dimensión indispensable de la ética cristiana. Se nos olvida que entre los que no entrarán al reino de Dios están los avaros (cf. 1 Jn 3:17). En muchas iglesias ellos entran por la puerta ancha, pero al reino de Dios ni por la puerta de atrás, porque no son liberales. En teología, "liberal" tiene un sentido histórico muy específico. Fue un movimiento teológico que comenzó a finales del siglo XVIII y dominó el XIX. Su mayor fundador, de apellido Schleiermacher, intentó volver el evangelio compatible con la mentalidad racionalista de su época. Interpretaba la religión en los términos sicológicos de "sentimiento piadoso de dependencia absoluta", Cristo como el ser humano con el mayor grado de ese sentimiento, la Biblia como una antología de la historia de la piedad, etc. Central al movimiento liberal fue "el evangelio social", una teología válida pero a veces reduccionista (reducir el evangelio a su dimensión social). Contra ellos surgieron los fundamentalistas, con una especie de "evangelio anti-social" y su propio reduccionismo aun más craso. Toda la teología consistía en la interpretación literal de la creación, la inspiración divina de las escrituras, la deidad de Jesucristo (menos o nada sobre su humanidad), la muerte y resurrección de Cristo y su segunda venida (pero casi nada sobre la iglesia, el reino de Dios y su justicia, la nueva creación). Fue quizá más extremo su reduccionismo en el terreno ética: la moral cristiana se limitaba a los clásicos tabúes: no fumar, no tomar, no bailar, no ir al cine, no jugar naipes, y no pertenecer a sociedades secretas. ¿Podría haber una ética más inadecuada y trivial? Teológicamente, no quiero ser ni liberal ni fundamentalista, sino evangélico. No es sorpresa que los fundamentalistas no lograron refutar o vencer a la teología liberal. A quien le tocó fue más bien a Karl Barth, con su "Teología de la Palabra" que volvía a las escrituras y a la Reforma protestante. Afirmó muy enfáticamente la trascendencia de Dios y la deidad de Cristo, a veces, en sus primeras etapas, hasta disminuir lo humano o la inmanencia. Su teología, que él bautizó como "teología evangélica", fue el polo opuesto del liberalismo. Sin embargo, muchos conservadores, en su ignorancia, lo han acusado de "liberal". Así funciona el tan frecuente abuso de los membretes para caricaturizar a otros con quienes no estamos de acuerdo.(3) La definición básica de "radical", de nuevo según la RAE, es "perteneciente o relativo a la raíz" o. "fundamental, de raíz". La persona radical va a la raíz de las cosas y las lleva, sin cobardía ni cálculos, hasta sus últimas consecuencias. A través de mi largo peregrinaje he venido descubriendo que muchas de las sagradas tradiciones que heredé no correspondían a las enseñanzas bíblicas ni las verdades de la fe. He venido aprendiendo que los tabúes fundamentalistas no eran mandamientos divinos absolutos, y que más bien la voz de Yahvéh me venía exigiendo conductas nuevas, en medio del mundo y de la historia, de la que nunca me habían enseñado. En otras palabras, el evangelio me radicalizó.Al fin, ¿que soy? ¿Conservador? Sí, y liberal y radical también, soy todos y no soy ninguno. Pero lo que quiero ser es un evangélico radical conservador y liberal. ¡Qué desafío más grande!


Comentarios

Xabio

Te invito a visitar el simulador politico: http://vulcan.virtualpol.com/r/xabio/

Marvin Barrera

Encontre su blog, mientras hice un "search" de blogs conservadores en espanol. He abierto un blog de politico que intenta articular una filosofia de politica sensible, conservadora y biblica. Mi espanol no es muy bueno, porque creci en Los Angeles, pero decidi escribir en espanol porque no vi muchos blogs que lo estaban haciendo. el blog se encuentra en cortapelo.blogspot.comAl principio de su articulo usted menciono el debate ¿"Es posible ser 'conservador' en teología pero 'liberal' en política"? Esto me dio la impresion que su articulo hiba a tratar esta pregunta. Pero cuando usted llego al punto 2 en cual defino "liberal" no menciono la definicion politica. Solo definiciones genericas hacerca de amar libertad y ser generosos (definiciones que nadie estara en contra).Pero si la pregunta ¿"Es posible ser 'conservador' en teología pero 'liberal' en política"? es de ser contestada, cual es la definicion de "liberal" que esta usando.......?Yo tambien me considero un radical conservador liberal. Pero mi definicion de "liberal" es diferente que la definicion moderna politica. Yo soy un "liberal clasico" es decir un "conservador/liberteriano" moderno.... Soy un liberal clasico, porque un liberal moderno, hoy es definido como un "estatista" (statist) o "colectivista" ... dos modas que son anti-libertad, y que no se pueden, en mi mente, reconciliar con el cristianismo...Me encanto su blog, y quiero leer mas de sus escritos... por favor chequeie (?) mi blog, y mandeme un email de lo que piensa...Dios le bendiga!

Alejandra Sura

Hola Don Juan, como siempre su artículo trajo luz y dudas a mi mente.Ya que estamos hablando con definiciones, me gustaría saber como definiríamos el término "evangélico", ya que ahora definirse evangélico tiene hasta connotaciones negativas por muchas personas, siendo sinónimo de religión no organizada, teología arbitraria y panderetas fanáticos. Desde el punto de vista histórico-teológico, como lo define usted? A mi a veces me cuesta decir que soy evangélica solo por evitar traer estas definiciones que la cultura ahora ha asociado con este término...Sigo orando por su vista! \*ale

Robert Bueno

Es preciso reconocer que todo el movimiento del “evangelio social” fue etiquetdo como “liberal”, pero eso no es del todo cierto. Creo que Walter Rauschenbusch, teólogo bautista y padre del movimiento del "evangelio social", tenía una fuerte herencia anabautista y pietista lo cual le facilitaba pensar en la oración como un vehículo para el cambio social.Las etiquetas son y han sido un problema serio. Reconozco que para abordar el mundo de la teología tengo que hacer un ejercicio de clasificación para ubicar y precisar las diversas tendencias...claro que las fronteras no son tan fijas y rígidas como a veces creemos

Daniel Beteta

Me impresionó mucho tu artículo por varias razones, pero quisiera sumarizar tres:1. El Concepto de "Conservador' Estoy muy de acuerdo contigo, creo que debemos ser conservadores en cuanto a mantener fiel el mensaje de la salvación a costa del manipuleo proselitista del nuevo comercio eclesiastico sin el orgullo de exclusividad para entender la universalidad.2. La expresión de: "Yo soy el que soy" me parece más bien un problema semantico, debido a que el Hebreo no tiene un presente intenso, aunque busquemos las declinaciones verbales podemos ajustar un poco el texto, pero me parece más bien: Yo fuí el que fuí y seré el que seré" dando la idea de acción y movimiento.3.Creo que "debemos ser liberales" en nuestra intención de que el mismo evangelio es un mensaje libertador, Jesús vino a dar libertad a los cautivos, y muy especialmente en sistemas donde la opresión se manifiesta en todos los niveles, debemos levantar nuestra voz profética y libertadora, en todo caso seremos "liberales" y "conservadores" por que cuidaremos con recelo las bases fundamentales de un evangelio de poder y de libertad.Bendiciones.Daniel.

Natanael Disla

Interesante artículo. Es posible, sí. Interesante lo que se señala en el artículo sobre el término «conservador». Lamentablemente, mucho del llamado conservadurismo heredado de Estados Unidos, ha pretendido literalizar la interpretación de la Biblia, atándola a una sola ideología, que juzgan es la única verdadera y viable para acercarse al texto bíblico. Lo cierto es, que al llegar al texto bíblico desde el «Sitz im Leben», se tiene una experiencia de acercamiento diáfana, clara y vivencial.

Gastón Guzmán

etiquetamos a las personas o comunidades y de esta manera los "entendemos - asumimos" mal. Es una generalización peligrosa.Es bueno comprender que cada una de estas "etiquetas" nacieron por algo y para algo, respondieron a situación históricas concretas y debemos conocerlas y, en alguna medida aggiornarlas. ¿Qué será ser comunista hoy en América latina? Un abrazo


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