¿Quién es la gran bestia de Apocalipsis 13?

En el Apocalipsis hay unos pasajes casi inexplicables, pero su mejor interpretación parece ser como una referencia al imperio romano.

Juan Stam
Juan Stam

¿Quién es la gran bestia de Apocalipsis 13?

Hay tres candidatos para ser el punto de referencia para la figura de la gran bestia de Apocalipsis 13: el Anticristo de 1 y 2 Juan, el hombre sin-ley de 2 Tesalonicenses 2, y tercero, el imperio romano.

(1) El Anticristo es un término que aparece por primera vez en las epístolas juaninas para cristianos que negaban la humanidad de Jesús (1Jn 2:22-23; 4:2-3; 2Jn 7). Estos "anticristos" habían estado antes en la comunidad y eran muchos (1Jn 2:18-19). A diferencia de la gran bestia del Apocalipsis, este "Anticristo" no persigue a los cristianos ni organiza un gobierno mundial; su único pecado es negar que Jesús fuera realmente humano. No se parece para nada al horrífico personaje de las tradiciones posteriores.

Este significado estrictamente cristológico fue el único sentido de "Anticristo" hasta finales del siglo II, frente al peligro del docetismo, que enseñaba que Jesús sólo fingía ser humano. Por los principios básicos de exégesis y de teología bíblica, es un grave error asociar este "Anticristo" con la bestia del Apocalipsis.

(2) El argumento básico de 2Tes 2 es que Cristo vendría después del Malvado (el SinLey), no antes de él (2:1-4). Ese hombre se opone a todo lo que es Dios, levanta su trono en el templo de Dios y  proclama que él mismo es Dios. No persigue a los cristianos, no establece un gobierno mundial ni impone una dictadura económica.

La única ofensa del Anticristo de Juan fue negar la humanidad de Jesús, problema que no aparece  en el Apocalipsis. El pecado del Malvado de 2Tes 2 es su egolatría, tema presente en el Apocalipsis pero en términos distintos y sin mencionar al Malvado. Los tres pasajes son distintos y no deben amalgamarse.

(3) En contraste, las referencias al imperio romano en el Apoc son frecuentes y podrían ser una clave valiosa para interpretar el largo relato de la bestia. (Para mayores detalles pueden consultar los tomos III y IV de mi comentario y mi artículo, "Apocalipsis y el imperio romano").

(a) En Ap 17:7-18 un ángel explica varios aspectos del largo relato de la bestia. En Ap 17:9 interpreta las siete cabezas como siete montes, donde se sienta la mujer (la ramera, alias Babilonia). "Siete montes" era un apodo muy conocido para la ciudad de Roma con sus siete montes. La frase aparece en autores contemporáneos, con el mismo término para "montes" (órê). La fiesta anual de la fundación de Roma se llamaba "Fiesta de los siete montes". Es por mucho la interpretación más probable de los siete montes.

(b) Según Ap 17:18, "la mujer es aquella gran ciudad que tiene reinado (ejousa basileian, tiempo presente) sobre los reyes de la tierra". La gran ciudad que estaba gobernando sobre los reyes de la tierra, cuando Juan escribió el Apocalipsis, era Roma, capital del imperio.

(c) Después de 70 d.C., "Babilonia" se hizo popular como apodo para Roma, por ser las dos potencias que destruyeron a Jerusalén y el templo (17:5; cap. 18).

(d) Apocalipsis 17:10-11 ubica la visión de una manera curiosa: de los siete reyes, cinco han muerto, uno es, el séptimo será breve y otro, un octavo, será uno de los siete. Dos detalles parecen ser claves: el séptimo tiene que reinar poco tiempo y el octavo tiene que ser de alguna manera uno de los siete.

La interpretación de este texto es complicada y muy controversial. Si comenzamos con Augusto, fundador del imperio (31 a.C-14 d.C.), siguen Tiberio (14-37), Calígula (37-41), Claudio (41-54) y Nerón (54-68), el quinto, que se suicidó en el año 68. Después de un período de caos, sin emperador y un gobierno imperial, apareció Vespasiano (69-79), el sexto, en cuyo reino Juan ubica la visión ("uno es"). Su hijo mayor, Tito (69-71), murió muy joven (¡duró poco tiempo! apenas dos años). El octavo, Domiciano (81-96), era "Neron redivivus", la misma bestia reencarnada en Domiciano, como pensaban muchos.

Parece que el propósito de Juan fue el de identificar a Domiciano con Nerón, y por eso ubica su relato bajo Vespasiano como técnica literaria. Escribiendo en 95 o 96, podía asumir que sus lectores recordarían el muy corto reinado de Tito.

(e) En 13:3,12,14 aparece una noticia muy sorprendente de la muerte y resurrección de una de las siete cabezas de la bestia, y de la bestia misma. empleando los mismos verbos que usa para la muerte y resurrección de Jesús (para detalles, véase Stam III pp.147-182). De esto no aparece nada en Daniel 7, fuente que inspiró Apoc 13, ni en la literatura apocalíptica. Tampoco figura, ni tiene sentido, en el concepto popular del "Anticristo". Otra anomalía insólita es que atribuiría al diablo el poder de resucitar a los muertos, y eso del mismo Anticristo.

La historia del imperio romano nos ofrece una explicación más convincente. En junio del año 68, cuando Nerón murió sin dejar heredero, terminó el linaje del venerable Augusto, fundador del imperio. Siguió un período de total caos, sin emperador reconocido que Tácito describe con dramatismo alarmante (Historias 1.2). La misma capital fue destruida por fuego. Todo indicaba que el imperio había muerto.

¡Pero sorpresa! ¡El imperio resucitó! En diciembre de 69 el Senado pudo nombrar un emperador, Vespasiano (69-79), y de nuevo el imperio tuvo un gobierno estable. Sus hijos Tito (79-81) y Domiciano (81-96) mantuvieron el gobierno estable, pero en sus últimos años Domiciano comenzó a reprimir a sus enemigos y a afirmar su propia deidad como emperador. Muchos decían que Nerón había resucitado en Domiciano.

En resumen, esta hipótesis de Ap 13:3,12 y 14 como la resurrección del imperio (la bestia) con Vespasiano, y la resurrección de Nero con Domiciano como Neron redivivus¸ es por mucho la interpretación más probable del texto. ¿Qué otra explicación es mínimamente convincente?

(f) Las menciones del Río Éufrates en Ap 9:14 y 16:12 son las únicas en el Nuevo Testamento. El Éufrates era la frontera defensiva del imperio romano, siempre amenazada por el peligro de una invasión de los temibles partos[R1] . Los dos textos del Apoc se aplican perfectamente al imperio romano, cuando un ejército cruzaría el río a pie (16:12), pero para nada al " Anticristo" ni al siglo XXI, p.ej. que Dios secaría el río para que las tropas la crucen a pie)[R2] .

(g) Apoc 13:16-18: Quizá el rompecabezas más difícil del Apocalipsis es "el número de la bestia" que suma seiscientos sesenta y seis. Este misterioso número ha inspirado muchísimas explicaciones pero ninguna que convenza adecuadamente. La mejor clave parece ser un método muy común llamado "gematría", basado en el valor numérico de cada letra del alfabeto, comenzando con "a" como "1" (recordemos que no tenían los dígitos arábigos nuestros). Ahora, si cada letra es un número, entonces cada nombre es la suma de sus letras. Empleando este método, el nombre griego "Cesar Neron[R3] ", escrito en letras hebreas con sus propios valores numéricos, da un total de 666. Existen también manuscritos con la variante "seiscientos dieciséis" ("616") que parece aplicar el mismo método con la forma del nombre en latín "César Nero", sin la "n" que valía 50. Eso corrobora la referencia a Nerón como posible explicación del famoso "666".

Conclusión: Estos siete casos exegéticos confirman la probabilidad de que detrás del largo drama del dragón (capp. 12-13, 17-20) están el imperio y sus emperadores. En algunos casos, como los siete montes de 17:9, esta interpretación es tan probable que puede tomarse por seguro, a falta de alternativas mínimamente convincentes. En otros casos la interpretación es más precaria, con argumentos en contra u otras propuestas, pero que no parecen ser las más probables. Para 13:3,12,14 no parece haber otra explicación medianamente creíble. En conjunto, todas estas referencias confirman que la figura de la bestia simboliza el imperio romano y sus emperadores.

 [R1]¿partos?

 [R2]¿A dónde se abre el paréntesis?  ¿O es sin paréntesis?

 [R3]¿Nerón?  ¿o mejor sin la tilde?



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