¿Qué es la avaricia? ¿Quién es un avaro? Yo no!!

En el NT, los avaros aparecen junto con los borrachos y los fornicarios entre los que no pueden "entrar al reino de Dios", Pero es difícil determinar quien es avaro, y casi nadie admite serlo. ¡Qué es la avaricia?

Juan Stam
Juan Stam

¡Qué es la avaricia?

¿Quién es un avaro?    ¡¡Yo no!!

Cada cultura tiene su propia escala de valores y antivalores. En algunas épocas de la historia de Israel, para muchos judíos guardar el sábado tenía una prioridad destacada, de la máxima gravedad. Por ejemplo, para ellos la fornicación era pecado, sin duda, pero aun peor era el pecado de irrespetar el sábado. También era pecado grave comer cerdo o sentarse en la mesa con gentiles incircuncisos.

Es obvio que nuestra cultura contemporánea concentra sus valoraciones fuertemente en lo sexual, hasta lo obsesivo. Para las personas seculares ("mundanos", para emplear el término bíblico), el placer sexual parece ser la meta prioritaria de la existencia humana, y una vida de orgasmos sísmicos se considera la summum bonum de todos los valores en la vida. Nuestra cultura está obsesionada con el sexo.

 Muchos cristianos, por su parte, también están obsesionados con el sexo y reflejan esta misma concentración pansexista, pero invertida. Para ellos los pecados sexuales son los más graves, a veces los únicos pecados que les preocupan (junto con la borrachera, en un segundo lugar). Un empresario puede explotar a sus empleados pagándoles sueldos de miseria, pero asiste a la iglesia, ofrenda y no "cae en pecado" (¿cómo que "cae"? ya está en pecado), es un buen cristiano, toma la Santa Cena y a lo mejor puede ser anciano o diácono de la congregación. El presidente de un país "cristiano" puede mentir descaradamente para justificar así matanzas sangrientas, pero si pertenece a una iglesia, reproduce el discurso religioso y no causa escándalos sexuales, sigue siendo "hermano" en la fe.[1]

Se nos olvida muy fácilmente que según el Nuevo Testamento los pecadores sexuales y los boarrachos no son los únicos que "no heredarán el reino de Dios".[2] Entre los diez grupos de 1 Cor 6:9-10 van incluido los idólatras (¿los hay en nuestas iglesias?)[3], los avaros (¡Los hay, y muchos!), ladrones, estafadores y calumniadores (¡de todos ellos tenemos!). Gal 5:19-21, en su lista de 15 pecados que cierran las puertas del reino, añade brujería, odio, discordia, celo, ira, rivalidades, disensiones, sectarismos y envidia "y otras cosas parecidas".[4]  Entre los seis pecados que según Efes 5:4-6 excluyen del reino de Dios van incluidos la avaricia, necedades y chistes groseros. La larga lista de 21 pecados vergonzosos en Rom 1:24-31 incluye avaricia, envidia, engaño. chismes y "toda clase de maldad".[5] Se ve que eran muy rigurosas las exigencias de la comunidad cristiana. ¿Quién de nosotros no sería culpable de por lo menos una o dos de estas ofensas?

Lo que más sorprende en estas listas es la frecuente inclusión de la avaricia, en los mismos términos que la de la borrachera y los pecados sexuales. Si esos pecados escandalosos excluyen del reino de Dios, entonces también la avaricia, en los idénticos términos, excluye de reino de Dios. De hecho en los doce listas de vicios en los escritos paulinos, la avaricia aparece más frecuentemente que la borrachera.[6] Y es más, en dos de las listas San Pablo agrega una frase sumamente grave, cuando escribe "la avaricia, la cual es idolatría" (Ef 5:5; Col 3:5), el más condenable de todos los pecados.[7] Puede algún cristiano o cristiana negar que la avaricia es pecado?

La Real Academia Española define la avaricia en pocas palabras pero de mucho peso, como "Afán desordenado de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas".[8] El Diccionario Cuyás, un poco más sucinto, lo define como "un apego desordenado a las riquezas".  De las varias palabras griegas para la avaricia, dos son especialmente reveladores. La más común, "pleonexia",se deriva, según Ceslas Spicq (tomo III, p.117), de "pleon" ("más") y el verbo "ejw" ("tener"). Por eso Louw y Nida, en su léxico griego, lo definen como "un fuerte deseo de adquirir más y más posesiones materiales, o de  poseer más cosas que las que otros tienen... " (Louw-Nida I:291-2). La avaricia es un deseo insaciable; cuánto más posee, más desee. Otro término para la avaricia es "filarguros", que significa "amor al dinero"; podríamos decir que son "dinerófilos",."enamorados del dinero" (Lc 16:14; 1Tm 6:10; 2Tm 3:2). Esta dinerofilia,  según 1Tm 6:10, es "la raíz de toda clase de maldad".

La avaricia -- esta pasión cuasi-erótica por el dinero y por las cosas -- muy fácilmente conduce a la idolatría (Isa 2.7-8; Mt 6:24). La persona avara consagra toda su vida al dinero y deposita toda su fe y esperanza en la riqueza. Cree que posee sus bienes, pero pronto es poseído por ellos. A menudo la avaricia termina distanciándolo de su familia, del prójimo y de Dios mismo, por qué ahora está sirviendo a otro dios. "Dios sabe muy bien", escribió Orígenes, "qué es lo que uno ama con todo su corazón y alma y fuerza; eso para él es su Dios. Que cada uno de nosotros se examine ahora, y silenciosamente en su propio corazón decida cuál es la llama de amor que principalmente y sobre todo está encendida dentro de su ser".[9]

La avaricia es relativamente fácil de definir, pero muy difícil de identificar. Rarísimas veces alguien va a decir, "yo reconozco que soy avaro".  Hace poco un amigo me hablaba de un pastor que mostraba muchos síntomas de "prosperidaditis aguditis", pero el amigo aclaró que "él no es avaro, lo que pasa es que le gustan las cosas lujosas". Es muy fácil racionalizar la avaricia y justificar la acumulación y los lujos. Parece que sólo la voz del Espíiritu Santo en el corazón del rico le podrá convencer de su avaricia.[10] Por eso dice San Pablo, hablando del papel de la ley como revelación de Dios, "tampoco hubiera conocido la codicia, si la ley no dijera: no codiciarás" (Rom 7:7)."

Para San Pablo, la avaricia no sólo bloquea la entrada al reino de Dios. sino está también entre los vicios que descalifican para ocupar cualquier oficio en la iglesia (1Tm 3:3,8; Tito 1:7). En el caso de pecados visibles y escandalosos, como borrachera o adulterio, la situación hubiera sido evidentes y relativamente fácil de identificar, pero sospecho que fue muy difícil de aplicar esta restricción en el caso de la avaricia. ¿Quién decide si alguien es avaro o no, con cuáles criterios? ¿En qué punto la prosperidad legítima se convierte en avaricia? En el fondo se trata de una actitud del corazón, de criterios relativos y poco precisos. ¿Cómo habría funcionado eso en el proceso de escogencia de los líderes congregacionales en los tiempos de San Pablo?

Me cuesta imaginar que algún rico, al ser considerado para el liderazgo, hubiera dicho, "Me disculpan, hermanos y hermanas, pero no puedo ocupar ningún puesto porque soy avaro, lo tengo que reconocer".  ¡Más fácil que pase un camello por el ojo de una aguja!!

Me imagino más bien que otra persona, a lo mejor un líder de la congregaión, tendría que señalar al avaro con su dedo y confrontar, como Natán ante David, este pecado en la comunidad. "Lo siento mucho, hermano, y me da mucha pena, pero usted no puede ocupar ninguna carga en la iglesia de nuestro Señor, porque usted es un avaro."

Me imagino la respuésta:

¿Quíen es un avaro?  ¡¡¡Yo no!!!

Todos tenemos que hacernos la pregunta, ¿Qué clase de mayordomo soy de los bienes que mi Señor me ha confiado?,

Examíname, oh Dios, y sondea mi corazón

Ponne a prueba y sondea mis pensamientos,

Fíjate si voy por mal camino,

y guíame por el camino eterno.

(Sal 139:23-24)

Bibliografia:

Louw Johannes y Rugene Nida, Greek-English Lexicon of the New Testament (NY: United Bible Society 1989)

Spicq, Ceslas, Theological Lexicon of the New Testa,emt (Peabody:Henderson 1994)

[1] Es notorio en muchos países latinoamericanos que los congresistas evangélicos/as se especializan en los temas sexuales pero no tienen nada que decir sobre la corrupción, la pobreza y hasta asesinatos políticos.

[2] Otros textos que hablan de exclusión del reino de Dios son Mt 5.20; 7:21-22; 18:3 y Jn 3:3,5.

[3] Véase "¿Es posible ser idólatra sin darse cuenta?". juanstam,com, 7 de enero de 2007.

[4] Según las listas de Apoc 21:8 y 21:25, no podrán entrar en la Nueva Jerusalén los cobardes, los incrédulos y los mentirosos 9CF. 22:15).  

[5] La lista en !Tm 1:9-10, de pecadores ante la ley de Dios, incluye los irreverentes, los que maltratan a sus padres y los traficantes de esclavos. Col 3:5 incluye avaricia junto con cuatro pecados sexuales.

[6] La borrachera se menciona en las listas de 1Cor 5:10; 6:10 y Gal 5;21; la avaricia en Rom 1:29; 1Cor 5:11; 6:10; Ef 5:3,5, más la lista de Mr 7:22.

[7] Esa frase corresponde al dicho de Jesús, "nadie puede servir a Dios y a la riqueza" (Mt 6:24; Lc 16:13). Es muy significativo que para su reformulación de la disyuntiva radical de Elías, "O Yahveh o Baal, pero no los dos" (1R 18:21), Jesús opta por poner a "Mamón" como equivalente de "Baal" . Parece implicar que "servir a las rquezas" era (y es) la idolatría más sutil y peligrosa de todas y que es totalmente irreconciliable con la fe en Dios.

[8]  La Academia define "codicia" como como "Afán excesivo de riqueza; Deseo vehemente de algunas cosas buenas; apetito sexual".....

[9] Orígenes, Homilía sobre el libro de los Jueces, citado en Christian Century 9.4.97, p. 371).

[10] Entiendo bien que los ricos no son los únicos avaros, pero creo que la Biblia está pensando principalmente en ellos cuando haba de avaricia.


Comentarios

Robertso

hermano Juan bendiciones, desde que comence a leer sus libros sobre el apocalipsis con los cuales usaraon para darme en clase en la escuela de teologia del Dr. Montilla, que seguro usted conoce, me interese mucho en sus escritos y luego tuve la oportunidad de leer un articulo en desarrollo cristiano, esto de la avaricia esta muy bueno en verdad, y es una realidad que se enfrenta en el día de hoy, una ves hice una predicación sobre la torre de babel y la llame danos un nombre, donde hablaba de cuan interesados estamos en solo tener fama y dinero y olvidarnos darle el lugar que le corresponde a Dios, hay olvide de lo que la biblia dice acer de por nada estar afanosos, la vida actual es solo afan. Bendicioneswww.robertsoarejula.blogspot.com

Tiago

Amen..!! este mensaje se hace pertinente, para todos nosotros, que Dios nos ilumine para no ser Avaros..!! y si somos, para que no sigamos siendolo..!! y si no nos damos cuenta de que somos avaros, tengamos oidos prontos para aprender y salir de la avaricia....que Dios nos ayude..!! un fuerte abrazo estimado Juan..!!

dallan j

Gracias hermano stam,,, son temas que parten el alma y el espiritu,,, y nos ponen alerta para cuidar de caer.. la gracia y la paz del señor jesucristo abunde en usted.

andres altamirano fallas

exelente articulo opa! felicidades me dejas pensando en como soy realmente jaja

Cynthia

Hemano Juan. Muchas gracias por sus mensajes, me ayudan mucho al saber que no estoy equivocada, a proposito que opina sobre las siembras? En la iglesia donde asisti por muicho tiempo se practica esto, y a mi me parece que hay mucha manipulacion por delante, son los creyentes los que "si de verdad le creen y tienen Fe a Dios" siembran, por supuesto a los pastores y demas designados al liderazgo y nunca al contrario, un pastor sembrandole a un creyente necesitado por ejemplo. Los fundamentos del AT que utilizan y el que Dios te va a prosperar no me convencen, mas bien lo veo como una variante de AVARICIA. Pero el Salmo 139 que adjunta me pone a pensar en si estoy equivocada...

juanstam

Me permitoi acordar a los que desean recibir estos artículos por correo electrónico, que me escriban a juanstam@gmail.com. Para servirles, Juan

juanstam

Saludos, Cynthia, gracias por escribir. En 2 Cor 8-9 Pablo pide dinero f, pero no para sí mismo ni para "la obra" sino para los pobres de Jerusalem. Lo de sembrar es una metáfora agrícola, que han convertido en una supuesta "ley de la siembre". Para más detalles, favor escribime a juanstam@gmail.com.

Ronny

Saludos...me parece que como ningún otro pecado de la dinerofilia la Biblia lo llama como la raíz de todos los males. Y nosotros rápidamente nos olvidamos de esa advertencia seria de las Escrituras. Y gracias a Dios hermano Juan por advertirnos de lo sutil y venenoso de este pecado para la congregación y nuestra propia alma.


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