'"Peregrinos..." sermón por Francisco Rodés

“Paco” Rodés fue por muchos años pastor de la Primera Iglesia Bautista de Matanzas, Cuba, de la Fraternidad de Iglesias Bautistas de Cuba. Después de jubilarse de ese pastorado, entró en un ministerio como coordinador nacional de capellanes evangélicos/as en las cárceles de toda la isla. Es de este peregrinaje nos narra en este sermón que predicó en la asamblea de la Alianza Bautista en Atlanta, Georgia. Paco Rodés ha sido uno de nuestros amigos más amados desde que lo que conocimos fines de los años 70. Una anécdota que recuerdo dice bien todo lo que es Paco Rodés. En 1985 celebramos un encuentro juvenil en Marianao y Paco trajo dos jóvenes poetas con los que había forjado una profunda amistad. En la velada cultural la última noche, uno de ellos, Arístides Vega, introdujo su intervención poética con las siguientes palabras: “Ustedes soben que no soy religioso, pero quiero decir que donde hay alguien como Paco Rodés, Jesús de Nazaret no anda muy lejos”. ¡Palabras inolvidables!

Juan Stam
Juan Stam

Peregrinos…

Hebreos 11.13

Agradezco y me siento muy honrado por la invitación de traerles la meditación esta noche, por muchas razones, porque hace 25 año vinimos con un grupo de peregrinos representando a la Fraternidad  a conocer la Alianza, por supuesto ya habíamos oído de ustedes, pero estábamos ansiosos de conocerles personalmente, para confirmar si eran como nos habían contado.  Nos encontramos que ustedes tenían la misma experiencia de salir de un pasado de opresión hacia un futuro de libertad.  Ambos salíamos a recobrar nuestra herencia bautista de libertad.  Por esto esta relación ha crecido y fructificado y hoy es un motivo de alegría y celebración.

Por eso encuentro apropiado meditar en esta hora acerca de la imagen de peregrinos que encontramos en la carta a los Hebreos, especialmente el verso 13. “En la fe murieron todos estos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, creyéndolo y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra

Nosotros nos sentíamos en aquellos tiempos como los peregrinos que salen hacia un camino nuevo y desconocido, como dice el poeta español Antonio Machado, que se ha convertido en una bella canción, “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar” .  Igual que Abraham, que salió dejando atrás su cultura y sus ancestros, hacia una tierra desconocida.    Y en realidad si no somos peregrinos en esta tierra, entonces somos simples religiosos, apegados a un status quo, porque no tenemos ninguna meta, no vamos a ninguna parte. Nosotros si vamos tras una meta, “un cielo nuevo y una tierra nueva, donde mora la justicia” (II Pedro 3.13). 

 Particularmente el Éxodo retrata fielmente nuestra situación de peregrinos.  Un pueblo dejando atrás la esclavitud de Egipto.  El pueblo de la Fraternidad, salíamos de la esclavitud de Egipto; la esclavitud fue para nosotros el fundamentalismo estrecho.  El fundamentalismo, sea este cristiano, musulmán, o una ideología política, no lo duden, es siempre venenoso, tóxico.  El fundamentalismo nos amarraba a discusiones de temas irrelevantes, nos impedía ser testigo del Dios que da vida y vida en abundancia.  Ustedes también, supongo están de acuerdo con lo que digo.  ¿Tuvo o no responsabilidad de la ideología que sostuvo los horrores de la esclavitud en este país?  ¿No eran hacendados evangélicos fundamentalistas los que explotaban y torturaban a los negros?

Como el faraón de Egipto, el fundamentalismo es autoritario, tiránico, idólatra.  Ahora en mi país el fundamentalismo bíblico, no es solo creer la Biblia literalmente, es sino que hace de la Biblia un libro mágico, como el que da buena suerte, no el que conduce a Jesús, sino el que hay que adorar, una bibliolatría, que mata la creatividad y la vida. 

Pero, déjenme hacer una aclaración.  En nuestro caso particular no se trata de una discusión acerca de la interpretación de la Biblia, aunque si tiene relación con esto. Fue el descubrimiento de nuestra herencia latinoamericana, de nuestra raíz en la teología latinoamericana de liberación.

¿Cuándo es que surge la teología latinoamericana de liberación?  Muchos años atrás,  en el 1511, en plena era de colonización española.  Y se origina en un  sermón pronunciado por un fraile de la orden de los predicadores, un fraile dominico, llamado Antón Montesinos, en la capital de la colonia llamada La Española, hoy República Dominicana, este sermón fue elaborado por la pequeña comunidad de frailes que vivían en una humilde choza.  En un domingo de Adviento, con la iglesia repleta de españoles, incluidos las más altas autoridades el fraile, presentó un sermón, que fue en realidad una creación colectiva de toda la comunidad de frailes, él dijo:

"Esta voz, dijo él, que todos estáis en pecado mortal y en él vivís y morís, por la crueldad y tiranía que usáis con estas inocentes gentes. Decid, ¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbres aquellos indios? ¿Con qué autoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas gentes que estaban en sus tierras mansas y pacíficas, donde tan infinitas de ellas, con muerte y estragos nunca oídos, habéis consumido? ¿Cómo los tenéis tan opresos y fatigados, sin dalles de comer ni curarlos en sus enfermedades, que de los excesivos trabajos que les dais incurren y se os mueren, y por mejor decir, los matáis, por sacar y adquirir oro cada día? ¿Y qué cuidado tenéis de quien los doctrine y conozcan a su Dios y criador,sean bautizados, oigan misa, guarden las fiestas y domingos?

"¿Estos no son hombres? ¿No tienen ánimas racionales? ¿No sois obligados a amarlos como a vosotros mismos? ¿Esto no entendéis? ¿Esto no sentís? ¿Cómo estáis en tanta profundidad de sueño tan letárgico dormidos? Tened por cierto, que en el estado que estáis no os podéis más salvar que los moros o turcos que carecen y no quieren la fe de Jesucristo".

Este sermón ocupa un lugar importante en la historia de los derechos humanos.   Por supuesto, al final del servicio no fue felicitado, como gusta a los pastores después del culto,  sino vino sobre Montesino una hola de odio que hizo que los frailes fueran llevados a la misma presencia del rey de España.  En este sermón los frailes tomaron partido a favor de los oprimidos y en contra de los opresores,  aquí se denuncia la explotación y violencia que se ejercía sobre los nativos señalando el camino que luego tomarían hombres tan grandes como Fray Bartolomé de las Casas, y fue la base de la doctrina del derecho de gentes, defendido por el jurista Francisco de Vitoria. Fueron los profetas de la justicia, esta es la esencia de la teología de la liberación, la opción a favor de los pobres.   Es una teología esencialmente ética. Esa tradición que siguió una parte de la primera generación de obispos latinoamericanos, y ha seguido por hombres y mujeres insignes, defensores del pueblo, como el obispo mártir salvadoreño que va a ser beatificado, Monseñor Romero. 

Este llamado a una ética, es lo que divide al cristianismo de ayer y de hoy, no son temas doctrinales ni teológicos, es la respuesta a tomar partido con los marginados y los oprimidos.  No se trata de un evangelio social, se trata del evangelio de Jesús. No es una ideología política, es una demanda de transformación radical.  Por esto es superior a la ideología política. Nosotros sentimos orgullo del pueblo de la Alianza porque ustedes han sabido tomar partido por la justicia, a favor de los marginados y discriminados, sin importarles que la mayoría del cristianismo evangélico en Norteamérica les condene.

Pero en ocasiones los peregrinos al salir de la tiranía del faraón  se encuentran en un desierto. Hoy estamos en el desierto que requiere mucha energía, voluntad, y sobre todo una espiritualidad para enfrentar el mundo globalizado, la idolatría del consumismo individualista.  La cultura de la depredación de la naturaleza.  Enfrentamos el reto de una religiosidad de sensaciones emocionales que se vende a gusto de consumidor. Necesitamos una espiritualidad profunda que nos mantenga en el camino del peregrino.

Sin una espiritualidad profunda podemos sucumbir ante la tentación del poder, el acomodamiento a una religiosidad cultural. Es necesario cultivar una espiritualidad que nutra el caminar siempre volcados hacia la verdad, la justicia y el amor.

  Permítanme ilustrarlo con una referencia a un viejo carro.  Como todo anciano, le empezaron a salir problemas de salud, especialmente la vista. El carro no alumbraba bien de noche. Mi esposa no quería que saliéramos de noche, porque iluminaba muy poco el camino, por lo que fui y compré dos nuevos bombillos.  Pero me di cuenta que esto no solucionaba, y descubrimos que el problema estaba en la lámpara donde se pone el bombillo, esta tiene un espejo que es el que refleja y envía la luz hacia el camino.  Este espejo ya no reflejaba la luz.  Nosotros somos el espejo, aunque tengamos la luz de Cristo, si no estamos limpios, transparentes, no enviamos luz al camino.

Solo la espiritualidad profunda, que limpia del ego, de los miedos, de los prejuicios, de las ambiciones personales, puede lanzar una luz al camino.

  Esta espiritualidad nos conduce por caminos nunca imaginados. Me gustaría compartir con ustedes el testimonio de lo que el Espíritu de Dios esta hacienda en nuestro país.  En los últimos años he sido llamado a trabajar en las prisiones, especialmente en el entrenamiento de de voluntarios de las Iglesias evangélicas.  Fue un gran reto, dado que la mayoría de estos capellanes voluntarios son de Iglesias evangélicas muy conservadoras y pentecostales. Al principio yo tenía muchos prejuicios de trabajar con personas de un contexto fuertemente fundamentalista. Pero el Espíritu me ha ensenado a echar abajo mis propias barreras. Primeramente, estas personas tienen impresionantes historias de vidas; algunas de ellas fueron en un tiempo atrás presos, con una experiencia de transformación. De paso les digo que estoy reuniendo historias de vidas que dan testimonio del poder transformador del amor de Dios. Estas personas mas  sensible a lo que Dios hace en la vida que a un sistema de doctrinas. Además, están motivadas por un fuerte espíritu de compasión, una verdadera pasión por los que sufren prisión. Consideren que ellos y ellas para poder llegar a las prisiones tienen que caminar kilómetros cada semana.

El programa de capellanía ha creado un lindo espacio de dialogo, en que todos crecemos. La mayoría de las denominaciones están representadas en estos grupos y puedo afirmar que se ha crecido en términos de la capacidad de aceptar las diferencias. Hemos experimentado nuevas prácticas de espiritualidad; la práctica de la meditación y el permanecer en silencia ha sido asimilada. Se han generado preciosos diálogos acerca de temas como género, violencia y transformación de conflictos. Yo pienso, sin ser demasiado optimistas, que es uno de los mejores espacios de dialogo ecuménico en nuestro país.   El Espíritu nos está guiando a mirar a los seres humanos como personas con una historia propia, no como categorías con etiquetas.  Cuando la Iglesia cumple su misión entre los marginalizados, este milagro de unidad ocurre.

Hebreros 11.13,  nos invita a saludar el futuro imperio de la paz y del amor. Los peregrinos van camino hacia ese futuro, son soñadores, es verdad, pero los soñadores marcan el camino a seguir. 

No pertenecemos a una religión estática, de quietud y paz interior.  Somos caminantes, inquietos, siempre mirando el horizonte de Dios.  Que alegre saludar el futuro, darle la bienvenida, ese mundo sin violencia contra la mujer, sin homofobia, ese mundo sin guerras ni terrorismo, ese mundo sin drogas, ese mundo sin pobres ni hambrientos, ese mundo sin niños que mueran por falta de medicinas, ese mundo sin religiones antagónicas, ese mundo, como el que imaginó Lennon, Martin Luther King. Mantengamos el sueño, mantengamos la luz, sigamos siendo radicales.  Sigamos siendo el pueblo peregrino inconforme con el presente.  Amén.



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