Capitalismo y Socialismo: un debate entre amigos

Intercambio de correos en torno a mi artículo, "La Biblia y el capitalismo" del 18 de marzo, sobre el capitalismo y el socialismo.

Juan Stam
Juan Stam

Capitalismo y Socialismo: Un debate entre amigosHa habido numerosas y valiosas respuestas a mi artículo, "La Biblia y el capitalismo" (juanstam.com, 18 marzo 2009). El diálogo con Guillermo Méndez, un buen amigo desde hace muchos años, ha sido especialmente interesante. Aquí reproducimos los intercambios, para los que tengan interés:Guillermo Méndez a Juan Stam(4.13.09)Querido Juan, que gusto encontrarte en internet. He aquí algunos comentarios solo para aprovechar la oportunidad de saludarteNo me sorprende de qué lado tu piensas que esta la voluntad de Dios en este tema. Ese es un viejo dialogo (1980s?)... Me sorprende que, con todo y las disculpas solicitadas aquí y allá, como siempre que se opta por modelos económicos, tu, nuestro profeta de la hermenéutica (y lo digo en serio eh!!!) seas selectivo e incurras en una que otra dosis de "eisegesis". Las economías del Antiguo Cercano Oriente eran nacionalistas por que eran construidas en torno al rey (faraón en este caso). Concuerdo que eso da la posibilidad de evitar el despilfarro en el caso de “las vacas gordas”. Por supuesto, que tu punto es fuerte si se recuerda que es la sabiduría de Dios la que inspira a José, pero no podía sugerir otra cosa mas que revisar lo que se hacia en todos los reinos de su día, asegurar la autoridad y derechos reales.Me parece un tanto sesgada la opinión de que el socialismo de José "Implantó una economía para la vida y no para la ganancia de algunos y la miseria de otros". Esa segunda parte no fue cierto en la economía de José y no lo es tampoco en la economía socialista del siglo XX y XXI. Ni faraón, ni José, ni los socialistas de nuestro día han abdicado a sus riquezas y privilegios!! Tampoco esperamos que, sin las reglas adecuadas lo hagan, eso seria pretender que es posible cambiar la naturaleza humana solo por el mero hecho de militar en el partido... Solo hay que ver al gobierno de la vecina Nicaragua.Concedo el punto de que se puede construir un sólido caso, bíblicamente, a favor del igualitarismo en ambos testamentos. Pero solo si se admite que, de igual manera, se puede construir un caso a favor de la igualdad de la ley para todos o de la igualdad de oportunidades, y aun de la desigual capacidad de los hombres para aprovechar esa igualdad. José es superior (desigual, preferido y privilegiado) a sus hermanos, antes y después de Egipto. La igualdad ontológica como miembro de la familia, choca con las desiguales ventajas de José, cosa que despertó la envidia de sus hermanos.A riesgo de seguir incurriendo en los mismos (o peores) anacronismos, me pregunto si Abraham, "el padre de la fe", no se parece, a ratos, más al empresario que al estatista de hoy. El salió a emprender, a comprar y vender sin importarle las fronteras de la casa paterna (¿globalización?). ¿Y los reyes? ¿No son esa odiosa burguesía que Dios permite que gobierne a su pueblo? ¿Y qué decir del "free lancer" Pablo, que no fue a rendir cuentas ni a pedir instrucciones a Jerusalén? ¿No es Jesús a ratos un disidente que se opone al establishment y a ratos un "radical" "conservador" (para tomar otros comentarios positivos tuyos) queriendo volver a la fe mas que a la política del Estado? Claramente poco socialista en su desdén por “lo político”, la médula de la sociedad estatista. Mi confesión y convicción, es que no hay socialismo ni capitalismo en la mente de Dios, que el marco del debate ideológico de nuestro día no le hace justicia a esa economía agraria, monárquica y mercantilista (favorece a los asociados al palacio), de tiempos bíblicos. Leer en eso socialismo decimonónico es eisegesis. Nuestras economías ciertamente son agrarias, monárquicas y mercantilistas, cosa que le debemos más al sistema legal, cerrado y con oídos sordos a la sabiduría popular. Creo que ni tus ejemplos ni los míos reflejan el propósito de la Biblia.Concedo que Dios ha optado por los pobres, pero no me parece adecuado hallarlos solo en un tipo de sociedades modernas. Están en todas partes, en América Latina ciertamente, están además, con espíritu castrado incluido, en sociedades socialistas y aun en Estado Unidos, como tú sabes mejor que yo.En fin, me parece que he comunicado mi opción por la exégesis, que tú nos recuerdas siempre (en vez de optar por uno de los puntos del debate de hoy). Si me arrinconas y me pides definirme en la arena de las opciones humanas, si algo me interesa del debate de hoy es preguntarme por el papel de las normas en la sociedad. Quizá Dios no sea capitalista, pero sí le interesa el imperio de la ley, respetar a la persona humana y protegerla, esa es ley que libera en vez de controlar. Me parece que el modelo del derecho positivo del civil (roman) law, tampoco es bíblico, y no lo hace bíblico el paralelismo de tener su origen en “el ser superior” del Estado.Con todo Juan, tu eres nuestro "Bontekoe". Siempre es una alegría verte y un deleite leerte. Con el afecto de siempre...Guillermo**********************************************Juan Stam a Guillermo Méndez(4.16.09)Apreciado Guillermo,Me trajo muchos recuerdos gratos recibir tu correo, y me alegré porque tu respuesta, muy seria y razonada, es lo que quise motivar con el articulo. Desde jueves santo he estado sin correo, así que te contestaré rápidamente ahora y por correo aparte voy a responder con más detalle, punto por punto (si interesa a otros, pueden escribir a juanstam@gmail.com).No encuentro que tus comentarios mostraran "eiségesis" mía de ningún texto en mi escrito; planteas más bien argumentos inferenciales de ciertos hechos pero sin exégesis bíblica. (Quizá tus comentarios apuntan a una posible debilidad mía, de tomar el texto demasiado literalmente, cosa de la que me han acusado más de una vez). Tu mencionas, con toda razón, pasajes que piensas que debían tomarse en cuenta también..Los veo mucho menos centrales y no veo que contradigan mi tesis.Mi artículo no representa una opción por ningún sistema moderno, ni razona desde algún a priori ideológico; más bien, eran los textos que me llevaron a estas convicciones. "Las disculpas" que tu mencionas van en serio, matizando el argumento para que no se confundiera como una apología anacrónica del socialismo moderno. Sólo digo que las enseñanzas bíblicas al respecto, desde Génesis hasta el Apocalipsis, favorecen más a alguna tendencia socialista que al capitalismo. No veo, ni tampoco en tus argumentos, razones bíblicas, de fuerza exegética, a favor del capitalismo. Bueno, pronto te escribo. Por ahora, te reitero mi aprecio y profunda admiración. Un abrazo,Juan********************************************************Juan Stam a Richard Aguilar, Guillermo Méndez y Miguel Ángel Palomino: (5.1.09)Saludos queridos Richard, Guillermo y Miguel Ángel,No es siempre que uno puede escribir a tres amigos recordados en un sólo correo. ¡Gracias a Dios por la computadora!Desde Quito el hermano Richard Aguilar menciona Canadá, Holanda y países escandinavos como ejemplos positivos del socialismo. Yo incluiría también mi propio país adoptivo, Costa Rica, que ha tenido un sistema más social demócrata que capitalista. Lo bueno que ha tenido este país se debía en muy gran medida a las leyes sociales y proyectos sociales de educación, salud, vivienda etc, financiados por el sistema impositivo y por nacionalizaciones (de licores en los 1880s, de seguros en 1924 y de todo el sistema bancario y otros renglones en 1948). En las últimas décadas los "empresarios políticos" y los neo-liberales han echado a perder esa visión de una sociedad con corazón y visión social. Entiendo que la historia de Uruguay es parecida. En casi todos los países ahora esos magnates mandan, generalmente disfrazados de democráticos. Es una plutocracia. En Costa Rica las elecciones y los puestos y los contratos lucrativos y el poder se compran y se venden (para comenzar, con la carísima propaganda pagada que engaña constantemente al público).En cuanto al caudillismo, que tú mencionas, me parece que casi todas las sociedades tienen sus propias formas de caudillismo, y no es necesariamente negativo. ¿No fueron caudillos Moisés, David y otros héroes bíblicos? La gran pregunta es, ¿Caudillismo (populismo, liderazgo fuerte) a favor de quién? ¿Son justas y debidamente representativas las estructuras de esos gobiernos caudillistas? ¿Lo son los gobiernos que no consideramos caudillistas? ¿Cómo clasificar a gobernantes de mano dura como Uribe de Colombia o Arias de Costa Rica?Desde Guatemala Guillermo Méndez levanta unas preguntas bien interesantes. Señala con razón las características particulares de las economías antiguas versus las de hoy, por lo que homologarlas sería pecado de anacronismo. Insisto en lo mismo varias veces en mi artículo. Pero con todo, los relatos bíblicos son Palabra de Dios y modelos para nuestras propias decisiones, como paradigmas que nos toca conjugar. Aunque no te parezca, querido Guillermo, que José promulgó una "economía para la vida", eso me parece exactamente lo que dice Génesis 50:20. (Un detalle: no diría que las economías del Antiguo Cercano Oriente eran "nacionalistas", porque entiendo que el concepto de "nación" es moderno. Diría que eran más bien "teocráticas", en que el rey personificaba en su persona a la deidad. El éxodo, cómo mostró Harvey Cox en La Ciudad Secular, desmitologizó el poder político y económico, de modo que sólo Dios puede darlo prestado y sólo Dios puede ser soberano y "dueño" de todo. Por eso, tampoco fue "propiedad privada" del Faraón la riqueza que José concentró en el estado).Lo más curioso de Génesis 47 es que fue un extranjero, recién salido de la cárcel, el responsable de nacionalizar toda la economía y centralizar todo el poder en el Faraón. De hecho, según el relato, antes existía la propiedad privada pero José acabó con ella. Muchas veces me he preguntado por qué el Génesis narra este relato tan extraño. Si recordamos que Génesis fue escrito después del éxodo y a la luz de esa gran liberación, creo encontrar un mensaje: es Dios quien dio el poder a Faraón pero después surgió un Faraón ingrato que no conocía a José y no recordaba quién le había dado el poder y por eso oprimió al pueblo hebreo.En varios aspectos de este tema, nos convendría estudiar las sociedades pre-colombinas de nuestra América, que en en algos aspectos eran impresionantemente solidarias y organizadas alrededor del bien social.Méndez señala que Abraham y otros personajes del Antiguo Testamento eran ricos, un argumento frecuente contra el socialismo. Pero nada indica que Abraham era un "capitalista" con espíritu de competencia y acumulación (¡dos plagas fatales!). De los reyes, debemos recordar los argumentos anti-monárquicos del Antiguo Testamento contra la riqueza personal de los reyes y sus cortes. Modelos bíblicos como Jesús y Pablo optaron conscientemente por una vida sencilla, sin el menor intento de acumular bienes personales.Capto una falacia parecida en el argumento de que "ni Faraón, ni José, ni los socialistas de nuestro tiempo han abdicado a sus riquezas y privilegios". Por supuesto que no. El ejemplo de San Francisco de Asís es muy noble y admirable, pero no tiene nada de socialismo. Ni es voluntario el socialismo (como filantropía) ni significa que los ricos deben empobrecerse. La pregunta medular es otra: ¿qué están haciendo ellos con el poder y el privilegio y la riqueza que Dios les ha permitido (cuando es bien habida), y sobre todo qué tipo de organización social están promoviendo ellos, una estructura que protege y aumenta su privilegio o una estructura que favorece a los pobres y marginados?Me parece muy abstracta e imprecisa la frase "abdicar a las riquezas". ¿Significa dar a personas pobres hasta quedar pobre uno? ¿Dar todo, o cuánto? Con las intenciones más altruistas de dar a los pobres, ¿cuánto debo reservar para mí, mi familia y nuestro futuro? Creo que "abdicar a la riqueza" es una frase sin sentido. De lo que se trata es hacer de toda nuestra vida un proyecto de amor al prójimo, tanto en lo personal como en lo político. Dios no quiere que nadie sea pobre, sino que la abundancia de su creación se reparta equitativamente.Sospecho una falsa dicotomía en la frase final de "volver a la fe más que a la política del Estado". De acuerdo que "no hay socialismo ni capitalismo en la mente de Dios", ninguno de ellos es absoluto, pero si nosotros vamos a vivir nuestra fe integralmente, tiene que haber en la mentalidad nuestra algunas opciones concretas de acción personal y política. La mía es el socialismo democrático.Estoy totalmente de acuerdo con tu observación final sobre "el papel de las reglas en la sociedad" pero lo veo como otro argumento para el socialismo democrático (realmente socialismo, y realmente democracia). Ya está claro que los menos confiables son los capitalistas. Considero que el capitalismo "democrático" liberal está en una crisis de muerte. Es otro tema, pero creo que el cambio tiene que comenzar con una transformación radical de la democracia (que no sé dónde existe, pero estoy seguro que ni Costa Rica ni EUA son democracias ni en el sentido más mínimo de la palabra). Lo primero tiene que ser liberar a los procesos políticos de su estrangulación por el dinero de los ricos. Finalmente, Miguel Ángel Palomo menciona, que toda razón, que el proyecto pentecostal de igualdad y de bienestar social fue voluntario. Eso se debe al hecho que ahora el pueblo de Dios ya no era una etnia sino una comunidad de fe. En cambio, toda la vasta legislación social y económica de Israel, incluso el año sabático y Jubileo, fue obligatoria y se entendía como tal, por lo menos en algunas épocas. Es ilusorio imaginar que las acciones voluntarias van a traer justicia a la sociedad, precisamente por el pecado de nuestra naturaleza humana. Por eso debemos evangelizar y testificar para cambiar los corazones y conducta personal, pero también luchar a brazo partido por cambios sociales y políticos en nuestras sociedades.Bueno, es un inmenso placer tener queridos amigos como ustedes tres y otros que constantemente dialogan con nosotros. ¡¡Que siga el diálogo!!con abrazos bien fuertes,Juan***********************************Juan Stam a Guillermo Méndez(4.16.09)Apreciado Guillermo, Me trajo muchos recuerdos gratos recibir tu correo, y me alegré porque tu respuesta, muy seria y razonada, es lo que quise motivar con el articulo. Desde jueves santo he estado sin correo, así que te contestaré rápidamente ahora y por correo aparte voy a responder con más detalle, punto por punto (si interesa a otros, pueden escribir a juanstam@gmail.com).No encuentro que tus comentarios mostraran "eiségesis" mía de ningún texto en mi escrito; planteas más bien argumentos inferenciales de ciertos hechos pero sin exégesis bíblica. (Quizá tus comentarios apuntan a una posible debilidad mía, de tomar el texto demasiado literalmente, cosa de la que me han acusado más de una vez). Tu mencionas, con toda razón, pasajes que piensas que debían tomarse en cuenta también..Los veo mucho menos centrales y no veo que contradigan mi tesis.Mi artículo no representa una opción por ningún sistema moderno, ni razona desde algún a priori ideológico; más bien, eran los textos que me llevaron a estas convicciones. "Las disculpas" que tu mencionas van en serio, matizando el argumento para que no se confundiera como una apología anacrónica del socialismo moderno. Sólo digo que las enseñanzas bíblicas al respecto, desde Génesis hasta el Apocalipsis, favorecen más a alguna tendencia socialista que al capitalismo. No veo, ni tampoco en tus argumentos, razones bíblicas, de fuerza exegética, a favor del capitalismo. Bueno, pronto te escribo. Por ahora, te reitero mi aprecio y profunda admiración. un abrazo, Juan*********************************Guillermo Méndez a Juan Stam(5.2.09)Hay cosas que no pretendí decir y que si se entienden así es justo retractarme y concederlas como punto a tu favor. 1. Tienes razón en que el consejo de Dios a José, preparó para el tiempo de crisis. 2. Concuerdo en que “nacionalismo” es un término inadecuado para hablar de las teocracias antiguas; 3. Igualmente acepto que al final se debe vivir la vida integralmente y por ello creo que es adecuado preguntarse qué se hace con la riqueza y qué se promueve con ella. Querido Juan, vienen ahora algunas observaciones 1. Tú usas también el verbo "nacionalizar", el "exprisionero responsable de nacionalizar la economía". O sea la palabra nación es inadecuada como señalas antes pero comunica algo y tienes todo el derecho a usarla, aun cuando los dos sabemos que no es la más adecuada. 2. Al hablar yo de la "empresarialidad" (no hablé de riqueza) de Abraham, no pretendo necesariamente ver capitalismo decimonónico en la Biblia, por tanto no creo que la palabra se pueda mencionar en torno a mi posición; no obstante que la "competencia y acumulación" que tu mencionas, si pueden encontrarse en el relato de Abraham. De nuevo ¿No había competencia entre los trabajadores de Lot y los de Abraham? ¿No terminó la relación en separación "eliminando la competencia"? Sobre la acumulación de Abraham y Lot ¿no hay indicios claros en el texto de la riqueza de ambos? 3. La imprecisión de mi frase "abdicar a las riquezas" no es cosa grave. Si alguien ve socialismo en la Biblia y cree que ese sistema ordena la economía para el beneficio de los demás, ¿no es signo de gran inmoralidad que en esa lógica distribucionista el liderazgo no viva ese igualitarismo que se le impone a toda la población? Finalmente, Juan, 4. ¿Qué se hace con las riquezas en una sociedad capitalista? Algunos acumulan bajo el colchón y lo despilfarran; otros lo ahorran, lo cual se presta en grandes cantidades y sirve para crear empleo y reducir con el salario la brecha relativa entre ricos y pobres; otros lo “apuestan” en bolsas de valores que en forma de ahorro, genera empleo masivo, por medio de grandes emprendimientos, y algunas veces también “las apuestas” se convierten en grandes pérdidas. Concuerdo en que el ideal humano es la riqueza pero ¿será el ideal de Dios como tú dices? De ser así, ese ideal no se cumplió ni en Jesús, ni en Pablo, para mencionar dos casos concretos. Pero ¿será el camino para reducir la brecha relativa entre ricos y pobres la producción de empleo? Hasta ahora sólo han podido repartir riqueza los que previamente la crearon. Y los que abrazan de primas a primeras el socialismo no parecen empezar a crear riqueza para repartir. Aparte de la idea del ahorro y de la previsión (Proverbios y la parábola de los talentos) este esquema institucional bancario no se prescribe en la Biblia, por supuesto.Ahora, mi querido Juan, vienen mis persistentes desacuerdos; 1. Me parece inadecuado, en el contexto bíblico, seguir usando el término capitalismo o socialismo, sea democrático o materialista. 2. No es una falsa dicotomía en la Biblia hablar de la "fe por encima de la política del Estado". No se pueden ignorar las advertencias dadas a Moisés y Samuel sobre los abusos del poder absoluto del monarca; estas admoniciones parecen sugerir que un gobierno con mas interferencias (ilimitado vs. limitado) atropella mas; tampoco se puede olvidar la ascendencia del profetismo sobre la corona, y menos la función ordenadora de lo teológico (la Ley) sobre lo político (la monarquía). Eso tres puntos son importantes y subrayan el “predominio de la fe sobre lo político”. 3. Creo que leer en las acciones bíblicas socialismo o capitalismo decimonónicos es eisegesis. Gracias por tu atención a estas sencillas reflexiones, con el afecto de siempre,Guillermo W. Méndez****************************************Juan Stam a Guillermo Méndez(5.4.09)Querido Guillermo,Con mucha satisfacción he leído tus dos comentarios a mi artículo. ¡Bienvenidas las críticas! Me imagino a mi recordado profesor, nuestro querido "Bonty", con una gran sonrisa en el cielo contento por haber inspirado, sesenta años después de su clase y en América Central, un vigoroso debate sobre el capitalismo y el socialismo. Voy a hacer un comentario preliminar, y entonces analizar nuestro diálogo bajo tres temas: aspectos exegéticos, aspectos teóricos y aspectos hermenéuticos.Estoy de acuerdo en parte contigo sobre tu frase "economías nacionalistas" y el verbo que yo empleé, "nacionalizar la economía". Reconozco ahora que con ese verbo cedí a una tentación periodística y un poco sensacionalista. Mejor le hubiera puesto comillas a ese verbo o hubiera escrito que José "centralizó toda la economía". Pero recordando a Arjona, siento cierta diferencia entre un verbo que describe un proceso y un adjetivo que califica un sustantivo. Con todo, de hecho "nacionalizar" me parece el equivalente moderno más apropiado para la acción de José. En cambio, creo que tu análisis de las economías nacionalistas antiguas te llevó a la conclusión errada de que José "no podía sugerir otra cosa mas que revisar lo que se hacia en todos los reinos de su día". ¿Tú conoces algún paralelo antiguo a lo que hizo José? El relato de Gén 47 comienza con propiedad privada (monedas, cosechas, ganado, terreno, mano de obra) y un extranjero es quien pasa todo eso a manos de Faraón. Comenté eso en mi anterior carta circular.ASPECTOS EXEGÉTICOS: En mi artículo hice el mayor esfuerzo por ser exegético e interpretar con cuidado una gran cantidad de textos, para señalar un eje de pensamiento bíblico en torno al Jubileo. Lo que me ha sorprendido es que nadie ha cuestionado con mínima seriedad nada de toda esa exégesis, o por lo menos señalar algún texto mal interpretado. Hace tiempo me he dado cuenta de lo difícil que nos es pensar bíblicamente cuando de política se trata.Querido Guillermo, con todo respeto te digo que tus comentarios sobre José no me satisfacen exegéticamente; me parecen eiségesis. En tu primer correo escribiste, " Me parece un tanto sesgada la opinión de que... José implantó una economía para la vida y no para la ganancia de algunos y la miseria de otros", pero no tomaste en cuenta que Gén 50:20 dice exactamente eso en cuanto a la vida de José, y más, que eso fue el propósito de Dios. Con el programa de alimentación internacional organizado por José, Dios cumplió la promesa de bendición (bienestar, vida, Gén 49:25) a las naciones. Exegéticamente, hubieras tenido que demostrar que mi interpretación era sesgada. (De paso, nunca hablé del "socialismo de José", como me atribuyes). ¿En qué interpreté mal esos pasajes?La única otra alusión bíblica tuya, si no me equivoco, es la de la "empresarialidad" de Abraham, la "competencia" entre Abraham y Lot y sus respectivos trabajadores, y la "acumulación" de la riqueza de ambos. De nuevo, el argumento viene sin textos y sin exégesis. Sería necesario definir el concepto de "empresario", pero no me imagino cómo se podría describir a Abraham, un nómada pastor de ovejas, siglos antes de Moisés y las leyes sociales y económicas del Pentateuco, como empresario. Las rivalidades entre ellos y sus trabadores tenían que ver mayormente con la tierra (que se legisló con el Jubileo) y el agua (que hasta hoy sigue siendo un problema mundial). No le veo ningún parecido con la competencia individualista del capitalismo. Y qué interesante que "eliminaron la competencia" no por destruir al otro sino por superar la rivalidad en un acuerdo mutuo. Muy otra cosa es construir toda una sociedad y su economía sobre el principio de la competitividad egoísta. Tampoco veo ninguna relación entre la bendición material de ellos y el capitalismo. En fin, en todo esto falta mucho más exégesis.ASPECTOS TEÓRICOS: Son demasiados los argumentos teóricos de tus dos mensajes para responder uno por uno. En mi artículo y la anterior carta circular expresé mis criterios sobre algunos de ellos. Creo que deben ser muy secundarios, para poder priorizar más bien lo exegético. Voy a comentar algunos de esos argumentos teóricos, sólo para compartir mis criterios, que nadie tiene que endosar, pero esperando que el diálogo se concentra ahora en lo bíblico. Hay una confusión muy generalizada entre los términos socialismo, marxismo, comunismo, dictadura etc, pero ninguno de esos es igual que el otro. Me parece irresponsable achacar al socialismo democrático los vicios de los otros sistemas. No estoy de acuerdo con el famoso dictum de Lord Acton, primero porque el poder no siempre corrompe, y segundo porque no existe el poder absoluto en esta vida finita. El "poder absoluto" es también poder relativo, y temo más el poder casi absoluto de los ricos que el de los políticos. De todos modos, como señalé en el correo anterior, hay excelentes ejemplos del éxito del socialismo democrático, aunque muchas veces han sido frustrados por falta de democracia real en el sistema y en la sociedad. El problema del poder es la falta de democracia auténtica. Por todos lados veo señales de una gravísima crisis de democracia en nuestro mundo. Ya mencioné el desastre de la democracia en Costa Rica, donde la riqueza de los multimillonarios manda en todo y las elecciones son una farsa. La respuesta a este fracaso de la democracia manipulada no es menos democracia sino más, pero democracia real. El primer paso y el más urgente es romper el control estrangulante de la opinión pública por medio de propaganda política pagada carísima, con la que los medios masivos lucran con nuestras vidas y los ricos compran y venden el poder. Además, se debe obligar a todos los y las candidatos a participar en debates públicos de sus programas; si se niega a debatir queda eliminado como candidato. Debe haber frecuente rendición de cuentas en los barrios y los pueblos, abierta a todos y sin agendas escondidas, y también plebiscito de revocatorio a medio período de gobierno (o quizá mejor, el sistema parlamentario), etc. Serán necesarias reformas muy radicales para convertir nuestras plutocracias en verdaderas democracias. Esto es lo que entiendo por las "reglas adecuadas" que tú mencionas. Es atrevido soñar así en grande, pero sin muy grandes reformas la "democracia" seguirá siendo una burla del pueblo.Quiero volver a cuestionar tu frase "volver a la fe más que politica", porque la fe misma es política y debe serlo. ¿Puede existir una fe apolítica? Como dice el refrán, "Todo es político pero la política no es todo". Yo diría que necesitamos una fe políticamente fiel y responsable, una fe encarnada en la política y una participación política fundamentada en la fe y en las escrituras.ASPECTOS HERMENÉUTICOS: El problema básico que veo en tus respuestas, como en la mayor parte de las defensas evangélicas del capitalismo, es la eiségesis. Aparte de la poca argumentación bíblica de tus correos y la dudosa interpretación de esos pocos textos, veo por otra parte la eiségesis que haces del artículo mío. En vez de confrontar mis razones, me parece, metes mi pensamiento en la línea de una sacralización del socialismo, que hay socialismo en la mente de Dios, que la Biblia enseña el socialismo, etc.No he dicho ni creo nada de eso. Pero sí creo que la Biblia tiene mucho que decirnos para nuestras opciones políticas y sociales hoy. No digo que "veo socialismo en la Biblia" sino que lo que encuentro en la Biblia, con la mejor exégesis de que soy capaz y sujeto a la crítica exegética de otros, me mueve a optar por el socialismo democrático (realmente socialista, realmente democrático, y radical en todo sentido). En cambio, no encuentro ni se me han presentado razones bíblicas para optar hoy por el capitalismo. Bueno, querido amigo, es un placer intercambiar ideas contigo, recordando que "lo cortés (la amistad) no quita lo valiente (la franqueza)". Ahora quiero darte la última palabra, con cualquier respuesta que quieres plantear, sólo que te pediría por favor que te concentras todo lo posible en lo exegético.un abrazo muy fraterno,Juan*********************************Guillermo Méndez a Juan Stam(5.8.09)Querido Juan,Considero un gran honor interactuar contigo sobre este tema. Mi postura es sencilla. Yo no veo capitalismo ni socialismo en la Biblia. Mi opción política es por el Estado de Derecho en el sentido en el que se desarrolló el término en Prusia (que no es Estado de legalidad de los abogados del continente). Es la protección de los derechos de la persona humana frente a un sector público que crecía desmedidamente. Esos derechos son superiores y anteriores al Estado. ¿Es eso bíblico? Sugiero que Dios dio la ley para proteger a la persona humana y que el espíritu de esa ley, rescatado por Jesús y por Pablo, en vez de controlar, libera. Dios podría tener una colección de autómatas, pero nos ha dado libertad, porque lleva mas gloria a su nombre que le adoremos y, que al hacerlo, lo hagamos desde la raíz misma de nuestra libertad.Por mi parte Juan, trataré de seguir el mismo bosquejo sugerido por ti. Un comentario preliminar y los aspectos exegéticos, teóricos y hermenéuticos.Quiero empezar con un punto que considero “muerto” para el avance del tema. El señalamiento de cosas de “forma” o cosas ya concedidas y que tu traes de nuevo a cuenta. Yo ya había concedido que 1. Tienes razón en que el consejo de Dios a José, preparó para el tiempo de crisis (Gn. 50:20). 2. Concuerdo en que nacionalismo es un término poco adecuado para hablar de las teocracias antiguas y ni siquiera Arjona nos salva de las implicaciones semánticas. Soy, como tu, hombre de verbos, sustantivos y participios etc. y cuando mencioné el verbo el punto ya lo daba por concedido.Cuando preguntas: ¿Tú conoces algún paralelo antiguo a lo que hizo José? Esta es una bien pensada disyuntiva. Si se responde que “si”, ¿qué queda entonces de la singularidad del relato bíblico? Si la respuesta es no, parece que, en efecto, tu punto se ha probado. Pero ¿Qué es lo que se ha probado? Sólo se ha probado la primera parte de la observación original, que José realizó acciones que es posible llamar “una economía para la vida”. Lo que no se ha comprobado es la segunda parte de la frase original, que es lo que motivo mi reacción, quiza abrupta y mal planteada, “en vez de una economía para las ganancias de unos pocos”. Este, y no el punto anterior, eran la razón de mi comentario en el primer correo.José usó su poder, según la voluntad de Dios, para proteger a su familia y alimentar a los hijos de Jacob. Pero eso no quiere decir que el poder y la riqueza del Estado sea hoy voluntad de Dios usarla para beneficio de las familias de los gobernantes (dictadores o no). Si Dios quiso proveer así para los hijos de Jacob, no quiere decir que sea correcto que la riqueza hoy alcance a todos los parientes y miembros del entourage gobernante. En algunos países, “monarcas republicanos” administran según este criterio. A esto, en particular, me refería en el primer correo. Tu no lo dices con la crudeza que yo lo pongo, pero es importante que se lean las implicaciones de la frase “no una economía para la ganancia de unos pocos”, cuya implicación esconde que “las nacionalizaciones”, son buenas intenciones que también producen malos resultados (abusos, corrupción, etc.)¿Es que abandoné ya la exégesis para hablar de lo político? No lo creo. Sólo estoy sugiriendo el límite a la interpretación de “nacionalización” y la inexactitud de la frase “no una economía para la ganancias de uno pocos”. En el caso del faraón, esto no dejo de ser ganancia; en el caso de José, la voluntad de Dios quiso de esta manera proteger a los hijos de Jacob. Sin embargo, mencionar los límites hermenéuticos de la acción de José incluye reconocer que, en una economía centralizada, también hay enriquecimiento ilícito e impunidad que son una afrenta a Dios. Sobre esto tu exégesis guarda silencio. Aspectos exegéticos: Sobre la “nacionalización”, me alegra que lo hayas vuelto a mencionar. Como dije, ya te había dado la razón en el tema, sugiriendo que el uso de una palabra para efectos de comunicación no tiene por qué ser “falta mayor”. Sin embargo, reflexionando, me he dado cuenta que la tentación de la comunicación (“periodística”), es lo que ha guiado algunas de mis observaciones, no obstante, ello no significa que las haya sacado del Corán o del Libro del Mormón. ¡Son observaciones bíblicas! ¿Y la exégesis? Bueno, reconozco que lo dicho por mi no lleva capítulo y versículo. Mencionar Gn. 13 o Dt. 17 o I S. 8, Pr. 6, Lv 25, Mt. 25, etc., será necesario para ambientar a nuestros lectores, pero no necesariamente se requiere en tu caso. Sin embargo, tu lo demandas, (“la única otra alusión bíblica tuya”) a la vez que admites haber usado la misma técnica, que consiste en subsumir en tus comentarios “gran cantidad de textos” bíblicos, formulando una suerte de eje. (Pero de lo mío afirmas, “De nuevo, el argumento viene sin textos y sin exégesis”). Es decir, si yo saco conclusiones y observaciones de textos eso no es exégesis; cuando tu sacas observaciones y conclusiones, sin citar textos, eso si es exégesis.No quiero, Juan, convertir esto en una conversación de método, que vacíe el contenido sustantivo de fondo. Pero, en el sentido más exacto, no es exégesis el subsumir gran cantidad de textos en unos comentarios teológicos que sirvan de eje. Pero seré justo, no lo es ni en tu caso, ni en el mío. Asumir la exégesis, no es lo mismo que hacer la exégesis. “Alusiones bíblicas”, sería mas ajustado llamarles. ¿Habrá alusiones más centrales que otras? Tu crees que si. ¿Habrá alusiones más importantes que otras? De nuevo, tú dices que son las tuyas. ¿Por qué descalificar algunas alusiones, sobre todo las que van en contra del punto del socialismo en la Biblia? Solo tú puedes responder eso. No mencionaría este asunto metodológico, si tu concedieras que ambos conocemos el proceso exegético, pero al sugerir lo contrario, se impone hacer esta observación. Veamos ahora un caso. José compró a cambio de alimentos las posesiones de los egipcios, (y el verbo “comprar” se usa aun cuando el trueque progresa en Gn. 47: v. 14, v. 19, v. 20, v.22, v.23). Primero, solicitó dinero, luego los animales y finalmente la tierra. Pero comprar no es expropiar. ¿No es comprar “adquirir”, no es comprar “intercambiar”? El texto no dice que lo comprado haya sido para apropiación de la “teocracia”. Los egipcios quedan pagando un impuesto del 20% (una quinta parte), al faraón del fruto de la tierra, quizá para comprar semilla (v.23), pero fuera de eso, parecen ser dueños del 80% restante: “y las cuatro partes serán vuestras, para sembrar las tierras y para vuestro mantenimiento” (v.24). ¿Es justo entonces decir que “Gn. 47 se empieza con propiedad privada y un extranjero pasa todo eso a manos de Faraón”? ¿No es eso eisegesis? Para mí, la interpretación de Gn 47 esta vaciada de esas opciones ideológicas contemporáneas. Dios usa a José, para proteger a su pueblo y para bendecir a los egipcios. Políticamente, ¿cuál es el significado del texto? Jacob afirma: “contra mi son todas estas cosas” Gn. 42:36. No, como líder de la teocracia hebrea, “todas estas cosas” son a favor de Jacob y del linaje de Jacob. José aclara: “Dios lo encaminó para bien, para mantener vida” Gn. 50:20. Más adelante dice: “Dios ciertamente os visitará, y os hará subir de esta tierra a la tierra que juró a Abraham” Gn. 50:24. Canónicamente, no se puede leer este cierre de Génesis, ni este episodio, sin unirlo al inicio y desarrollo de Éxodo. Políticamente, Dios usó a una nación grande y poderosa, para proteger al linaje del cual vendría el mesías y preparar al pueblo para convertirlo en nación, entregándoles la tierra prometida. Quedarse con Gn. 47 es situarse en una parcela, en vez de ver el progreso canónico en la interpretación.Yo creo pensar bíblicamente Juan, y si no cito tus textos es por que hay una variedad de argumentos que, al esgrimirlos, puedo quedarme en las ramas, sin llegar al fondo de lo que motivó el intercambio. Por ejemplo, el Jubileo es un bocado difícil por que como sabes hay muchos exégetas que insisten en que el Jubileo no se aplicó. Era una ley buena pero no hay registro histórico de su aplicación. Yo creo que el jubileo tiene aplicación mesiánica, como dicen los profetas, pero su aplicación histórica tendrá, por de pronto, que quedar para una investigación posterior. Son cosas de las que he leído pero no estoy convencido en una dirección ni en otra. Cuando he enseñado sobre el Jubileo lo hago en el marco del desarrollo de la revelación, canónicamente.Finalmente, querido hermano, creo que estas leyendo en mi concepto de empresarialidad el marco capitalista. Empresario es todo el que emprende algo. Emprender es un buen verbo castellano y todo lo que significa es usar recursos escasos para hacerlos producir. Eso no esta explicado en la Biblia pero todo aquel que hace producir recursos que son escasos es un emprendedor, sea en el siglo XXI o hace 3000 años. Un nómada, pastor de ovejas, tiene que calcular cuantos trabajadores necesita, en donde hay pastos y cuantos animales se morirán y como va a reponerlos. Abraham parece haber calculado todas esas cosas muy bien, porque Gn. 13 dice de él, tanto como de Lot, que “sus posesiones eran muchas”. Esas posesiones no surgieron de la nada. Surgieron del trabajo, de la administración de recursos y del emprendimiento. ¿Requiere eso una sociedad capitalista en el sentido moderno? No. Un ama de casa es empresaria.En cuanto a mis “alusiones” bíblicas, tú preguntas si es que sólo use la de Abraham; hay otras que no me acreditas. A ver si puedo rescatar las más importantes en los correos anteriores: Gn. 45-50; Gn. 13; Dt. 17; I S. 8; Gá. 1-2; Lc. 9:58; Flp. 4. Ninguno de estos textos aludidos lo he interpretado de manera “dudosa”, es más, mi propósito no era probar lo que asumes de mí: que yo propongo que hay capitalismo en la Biblia. Teológicamente, son importantes también las advertencias dadas a Moisés y Samuel sobre los abusos del poder absoluto del monarca; estas admoniciones parecen sugerir que un gobierno con mas interferencias (“nacionalizaciones”) atropella más; tampoco se puede olvidar la ascendencia del profetismo sobre la corona, y menos la función ordenadora de lo teológico (la Ley), sobre lo político (la monarquía). Se trata de tres puntos que subrayan “la interpretación teológica de lo político”.Aspectos teóricos: Espero que lo dicho hasta aquí te sugiera que a mi también me interesa el diálogo en términos bíblicos. Pero igual que tu tengo algunas apreciaciones de los términos teóricos. Existe una confusión generalizada de los términos capitalista y empresario. Son conceptos diferentes. El emprendedor es el que calcula el valor del dinero en el tiempo, y toma acciones con base en ese cálculo. Los indígenas de mi país, sin ser economistas, y en un sistema mercantilista, (hostil al capitalismo), saben cuanto dinero necesitan para cultivar verduras, transportarlas a la región donde llegan los transportistas, ahora las venden por internet, se comprometen a cierta producción y calculan cuanto deben invertir y cuanto obtendrán de ganancias. Es una contabilidad de costos básica que ellos manejan tan bien como cualquier industrial. De modo que saber el valor del dinero en el tiempo y hacer el cálculo de emprendedores no es lo mismo que ser capitalista.El capitalista es el dueño de recursos, sea la tierra, el dinero o la maquinaria, la cual vende o renta a cambio de un pago. Es más reconocido como aquel que pone dinero en un sistema de ahorro para que otros lo usen, generalmente, los empresarios. Ni todos los capitalistas son empresarios, ni todos los empresarios son capitalistas. Tanto el emprendedor como el capitalista funcionan en las distintas expresiones de república (sea el socialismo democrático o la república no socialista). De otra manera, en un socialismo democrático ¿cómo crees que se genera la riqueza?Yo viví en Suiza y tú también. La participación ciudadana que conocemos y el ideal de participación de los cantones, tiene sus puntos favorables y desfavorables (las mujeres no votaban en mi Cantón). Pero ese ideal de gobierno por barrios, vecindarios y pueblos, en los que el plebiscito dirime y consensua al país, son las marcas del gobierno local municipal (romano, americano, ingles), que es lo que no crearon los españoles en “estas posesiones de ultramar”. Nunca fuimos Estado y, ahora, no hemos llegado aun a serlo, mas que en papel. Algunos gobiernos socialistas son alérgicos a esas participaciones libérrimas y las promueven sólo si sirven para espiar y controlar a la ciudadanía. A mi me gusta la versión de lo que propones, sólo si es verdaderamente libre y democrático. Comparto la idea de que debemos soñar en grande y eso es lo que hacemos en el Instituto de servicios a la Nación en Guatemala. En cuanto al cuestionamiento de mi frase, “volver a la fe más que a lo político”, ciertamente, ahora me parece corta. Pero igualmente, me parece desbordado decir “todo es político pero lo político no lo es todo”. ¿No te parece más bíblico preguntarnos ¿cuál debe ser la interpretación teológica de lo político? No aplicado a Obama, Sakorsi o Chavez, sino al mensaje para nosotros de parte de Jesús y del evangelio. Aspectos hermenéuticos: Para cerrar, el problema básico, que por mi parte veo en tus observaciones es que asumes que entender el capitalismo, en mi caso, es lo mismo que defenderlo bíblicamente. He dicho varias veces que no es esa mi posición, pero en tu conclusión de aspectos hermenéuticos, nuevamente me vinculas, sugiriendo que yo comparto posturas con los que tienen la forma capitalista de leer la Biblia. Lo digo de otro de manera quizá muy cruda: “La Biblia no da para tanto”. Así que, asociar mi protesta, mi información del capitalismo y mi insistencia que en la Biblia hay posturas socialmente divergentes, no me hace defender el capitalismo en la Biblia. Tu, protestas por lo que consideras poca argumentación bíblica de mi parte, y de lo que llamas “dudosa” interpretación de esos pocos textos. Y te lo concedo, si bien con grandes reservas. Porque pude elaborar de Gn. 2:15-16 y argumentar que el permiso del hombre para comer viene solo después que le ha ordenado trabajar; hablar de la propiedad privada en Ex 20 “no robarás” y “no codiciarás”; y luego ir a Isaías para hablar del Derecho, y a Ef. 4 “trabajad con vuestras manos”; y a 2 Tes 3. “el que no quiere trabajar tampoco coma” etc. etc. etc. ¿Pero no parecería que con esto estoy buscando probar aquello que ya negué? La Biblia no es capitalista ni socialista. Por el otro lado, también pude citar textos de las leyes humanitarias de Moisés, de la “opción” por los pobres, del Jubileo, de la protección a la viuda, huérfano y extranjero; mencionar los términos para pobre y pobreza; elaborar sobre la experiencia comunitarista de Jerusalén; y propugnar que “por medio de la abundancia vuestra, se supla la estrechez de ellos, para que haya igualdad”, etc. etc. etc. Y creo que tanto lo primero como lo segundo deben predicarse, pero no para encontrar capitalismo o socialismo (del color que sea) en la Biblia. Por eso, los ejemplos que usé son sólo para sugerir una forma diferente de leer la posición bíblica. Concediéndote que si bien se puede construir un sólido caso, bíblicamente, a favor del igualitarismo en ambos testamentos, también, se puede construir un caso a favor de la igualdad de la ley para todos o de la igualdad de oportunidades, y aun de la desigual capacidad de los hombres para aprovechar esa igualdad. Por ejemplo, José es superior (desigual, preferido y privilegiado) a sus hermanos, antes y después de Egipto. La igualdad como miembro de la familia, choca con las desiguales ventajas de José, cosa que despertó la envidia de sus hermanos. Esa desigual capacidad para aprovechar la igualdad es innegable. Tales observaciones, quizá muy “literales”, son consecuencias de la elección de Dios, cosa real que escapa toda definición socioeconómica. Por último, me pregunto, y esto con todo respeto, ¿puede ser Bontekoe responsable de condicionar al joven Juan, a pensar que debe optar por una postura que en la Biblia no es monolítica? ¿O Socialismo (democrático, real, representativo, etc.) o Capitalismo, ideas que ni son bíblicas ni son necesarias? En mi caso, tras 30 años de docencia, con todo y nuestros métodos críticos y dialógicos en el aula, me pregunto ¿no termina siendo toda educación una suerte de “lavado cerebral”? ¿No es entonces la clave de la docencia con qué nos “lavan el cerebro”? ¿No somos, a veces, responsables de suicidios teológicos al empujar con fuerza opciones políticas, liberales, carismáticas, dispensacionalistas, platónicas, marxistas, etc. etc.? Ese es el costo de enseñar a pensar, en una etapa de la vida en que mas que “pensar” queremos “hacer” (Aristóteles).Entiendo tu posición y aprecio tu interés en sustentarla teológicamente. Soy sensible a los matices en ese marco y aun a las diferencias en tu propio trajinar (años 80s y 2000). Si impliqué cosas que parecían absolutas, no era para casarte con ideas que no defiendes, sino para cuestionar las implicaciones actuales de las opciones que defendemos desde la Biblia. ¿Qué más puedo decir? Sólo deseo terminar afirmándote mi admiración y compañerismo, y ratificando lo que en otras ocasiones te he dicho a ti y, en muchas otras, he repetido a amigos en Guatemala y en el Salvador: Que doy gracias a Dios por ti. Que he aprendido mucho de ti como cristiano, luego como maestro, hermano y amigo. En esta ocasión te agradezco por cobijar mis pensamientos en tu página.Con el cariño y respeto de siempreGuillermo W. Méndez**********************************Bueno, así ha sido el diálogo. ¡Qué los lectores juzguen!Esperamos sus comentarios y respuestas.


Comentarios

Nicolás

Gracias Juan por poner a nuestro alcance este debate tan enriquecedor! De mucha bendición para los que estamos tratando de elaborar nuestra identidad política en funcion de nuestra FE!Te mando un abrazo desde Argentina! Te seguiré leyendo!

Gustavo Daniel

El fundamento de la economía clásica es el principio de la armonía de intereses: que cada uno –abandonándose a su instinto egoísta- persiga por sí mismo la mayor suma de satisfacciones y se realizará la mayor felicidad para todo el mundo. Es una idea que, desde los primeros años del SVIII, Bernard de Mandeville había desarrollado en su célebre “Fábula de las abejas”. Mandeville imagina una colmena donde las abejas son codiciosas, ávidas de provecho, de alegría, de lujo no tienen ningún escrúpulo. La colmena zumba y prospera. Pero he aquí que nuestras abejas solicitan y obtienen de Júpiter el transformarse en virtuosas, honestas, sobrias, austeras, caritativas. Entonces las industrias de lujo no tienen más salida y los precios se hunden. La cesación del trabajo hace estragos en la colmena que peligra y sucumbe. Private vices, public benefits concluye Mandeville: los vicios de los individuos son beneficios para la sociedad. El egoísmo de cada uno es condición de prosperidad general. Nada más lejos de las enseñanzas de Cristo. No se trata de que el capitalismo sea más o menos “salvaje”. Se trata de algunas bases pecaminosas sobre las que se asienta.

Juan Stam

Saludos, hermano Charly! Gracias por tu comentario. Me parece que muchas veces son esfuerzos de evadir la enseñanza y acomodarla al capitalismo. La confusión puede surgir porque en algunas épocas Israel no practicaba el año sabático y el Jubileo, pero en otras épocas sí. De Jer 34 queda claro que cuando no la practicaban, sabían que desobedecían a Dios y que no la practicaban, sabían que estaban pecando y tenían que arrepentirse. Según Isa 61:1-3 el período mesiánico traería su plena realización, pero me parece claro de Luc 4 y Hech 2 y 4 que ese período ya vino con Cristo el Mesías (cf 1 Jn 2.18)

Elsa

Me parece un ejercicio sin sentido este debate, creo que el unico sistema verdadero es aquel que parte de un estudio profundo de lo que es y fue la justicia de Dios y de que forma se puede implantar en el planeta. Sostengo que la natureleza humana puede cambiarse para el beneficio de la humanidad. Propongo un debate biblico sobre el medio ambiente y nuestra responsabilidad cristiana o no cristiana ante este tema.

Nicolás

Gracias Juan por poner a nuestro alcance este debate, tan enriquecedor y profundo. Es de mucha ayuda para los que como yo estamos en la elaboración de una identidad política que se sujete a nuestra FE! Un abrazo desde Argentina! Seguiré leyendote!

CHARLY CARMONA

por favor me gustaria saber que argumentos son los que usan los exegetas para decir que el jubileo no se llevo a cabo en la historia y que solo tiene aplicacion mesianica, y si hay alguna relacion con el sistema economico llevado por el imperio incaico, por ejemplo.Dios los bendiga

Daniel

Gracias hermanos por este material tan valioso. Estaremos usandolo como punto de partida para nuestras reflexiones aqui en Puebla, Mexico. Adelante con el dialogo...


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